28 DE JUNIO FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
María, Madre amorosa, consoladora, educadora, mediadora y compasiva. "Mujer, he ahí a tu hijo" (Jn 19,26) Esa fue la voluntad de su Hijo Jesús dejándonos a María, su Madre, como madre nuestra. María la Mujer vestida del sol del Apocalipsis (12,1). Es quién habiéndonos tomado como hijos en su Inmaculado Corazón, por ese gran amor que ella alberga en su Corazón para con sus hijos de esta tierra, con su amor triunfará sobre la maldad que albergamos en estos tiempos y a la cual le dimos paso en nuestro corazón, dejando que entraran todos los males: desobediencia (la mayor de todos y la llave que abrió nuestro corazón a la maldad; desamor, pereza. fornicación, amasiato, lujuria, violencia…etc.
María con su Inmaculado Corazón triunfará sobro todo mal, y como ella misma se lo dijo a Juan Diego en el Tepeyac: soy la Madre de Dios (María) coatlaxupe (“la que aplasta la serpiente” que es el mal y no Guadalupe como lo interpretaron los españoles al no poder interpretar la lengua nativa relacionaron el vocablo coatlaxupe con un nombre conocido para ellos cuando Ella estaba dando el mensaje en el que nos afirma que aplasta el mal y que Dios reinará por siempre. Esto se confirma en la frase: “Soy la Madre del Dios Verdadero por quien se vive”). En cada lugar donde se ha aparecido, ella siempre se ha presentado como la Madre de Dios, nunca ha usado otro nombre, En cada lugar se ha identificado con un título, al que hace referencia la misión o el mensaje que trae a cada lugar para humanidad. Y todo lugar nos ha dejado saber que en su corazón inmaculado hay torrentes de amor para nosotros y que la condición, por llamarla de alguna manera, para poder recibir ese amor y ser salvada por intercesión suya solo debemos hacer lo que ella nos pide: ayuno, penitencia, oración (rosario mariano y el de la Misericordia) y nos da más aún una palabra clave: ser SANTOS. Cosa que no obedecemos como verdaderos hijos de tan dulce madre.
Siendo la educación una prolongación de la procreación, el Corazón de María educó el corazón de su Niño, y le enseñó a comer, a hablar, a rezar, a leer y a comportarse en sociedad. Ella es Theotokos porque engendró y dio a luz al Hijo de Dios, y porque lo acompañó en su crecimiento humano.
Nosotros como sus hijos no seguimos el ejemplo de la educación que ella dio a su Hijo para nosotros educar de la misma forma a nuestros hijos. No los educamos en la fe, no estudiamos las Sagradas Escrituras con ellos, mejor les prendemos la tele que vean el programa agresivo que quieran, o le compramos sus videojuegos y su computadora para que la usen en un 95% para juegos, chatear, ver películas, cosas que no son productivas y que distorsionan la función que deben desempeñar en la sociedad y cómo servir a Dios durante su vida.
Con la Devoción al Inmaculado Corazón de nuestra Madre se busca la poderosa fuente de amor y sabiduría, que ella encierra.
El modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María, la Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.
En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre le dijo a Lucía: "Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra.... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes.... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz.... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz."
En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: “Nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María".
"Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo."
“Queridos hijos: Vengo entre vosotros porque deseo ser vuestra Madre, vuestra intercesora. Deseo ser un vínculo entre vosotros y el Padre celestial, vuestra mediadora. Deseo tomaros de las manos y caminar con vosotros en la lucha contra el espíritu impuro. Hijos míos: consagraos totalmente a mí. Yo tomaré vuestras vidas en mis manos maternas y os enseñaré la paz y el amor, y entonces las entregaré a Mi Hijo. A vosotros os pido que oréis y ayunéis, porque solamente así sabréis testimoniar, de manera correcta, a mi Hijo por medio de mi Corazón materno. Orad por vuestros pastores: para que unidos en mi Hijo puedan siempre, anunciar alegremente, la Palabra de Dios. ¡Os lo agradezco! (Mensaje anual de María dado el 18 de Marzo de 2012 a Mirjana)
Ella nos pide consagrarnos a su Inmaculado Corazón ¿Qué pretende María, Madre de Dios y Madre nuestra con esta petición que es un deseo de su Hijo? Al pie de la Cruz Juan fue entregado a María como su hijo, puesto que Él moría por nuestros pecados y no quiso dejara sin su hijo, a cambio le muchos hijos de los cuales cuidar. María acepta el deseo de su hijo y al aceptar a Juan como hijo suyo, acepta a la humanidad como sus hijos. La respuesta es precisamente que Mamá María no quiere perder un hijo más, ya en su Inmaculado Corazón estaba la pérdida del Hijo de sus entrañas, ahora ya no quiere perder a sus hijos de corazón. Estos hijos que vagamos perdidos por el mundo. No quiere perdernos e intercede ante el Padre por nosotros, como la madre amorosa que es. Nos quiere sus hijos y nos quiere santos para poder reunirnos con ella allá en el cielo. Para que María no nos pierdas hay que ser obedientes para cumplir sus amorosos deseos: ser santos. De tal manera que cuando sintamos debilidad, soledad, frío, abandono, confusión o cualquier otra cosa que nos ponga en riesgo de perdernos, entonces imploremos su poderoso auxilio, el cuál viene del Señor a través de ella.
Consagrémonos entonces a su inmaculado corazón para poder permanecer como sus hijos y no perdamos a tan dulce y tierna madre. Consagremos a toda nuestra familia, no solo de labios, de voz, sino de corazón y para pertenecerle siempre. Pues perteneciéndole nuestro corazón, le pertenece todo nuestro ser y entonces el maligno ya no podrá hacernos pecar y alejarnos de Dios porque SOMOS hijos de Mamá María-
Oración de Consagración
Oh, Corazón Inmaculado de María, desbordante de bondad, muestra tu amor por nosotros. Que la llama de tu corazón, oh María, descienda sobre todos los pueblos. Te amamos inmensamente.
Imprime en nuestros corazones un verdadero amor. Que nuestro corazón suspire por ti. Oh María, dulce y humilde de corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en el pecado. Tú sabes que nosotros, los hombres, somos pecadores.
Con tu santísimo y maternal corazón, sánanos de toda enfermedad espiritual. Haznos capaces de contemplar la bondad de tu maternal corazón, para que así nos convirtamos a la llama de tu corazón. Amén.
Consagración al Inmaculado Corazón de María, Madre de todos.
Yo, humilde sierva Tuya, con el corazón desbordante de alegría porque en el momento más doloroso de tu vida cuando perdías a Tu Hijo amado al pie de la Cruz por nuestros pecados, nuevamente dijiste Sí y aceptaste ahora la solicitud de Tu Hijo de tomarnos como Hijos Tuyos; me consagro servicial y amorosamente a tu Inmaculado Corazón, porque quiero así hacerlo por libre voluntad, porque creo en Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y porque creo en Ti que eres Madre de Dios Hijo y Madre Nuestra, por amor de Jesús a nosotros que nos ama como hermanos. Me consagro con corazón sinceros y te entrego mi voluntad para que guíes mis pasos y mis acciones, para que seas dueña absoluta de todo mi ser y hagas de mí lo que sea necesario para Gloria de Dios. Te consagro mi vida entera, a mi familia y a toda mi descendencia para que dispongas de ella a tu servicio. Te consagro a mi Patria y al mundo entero y te pido que ofrezcas a Tu Hijo todas mis oraciones, sacrificios y ayunos por la conversión de los pecadores que tanto ofenden a Tu Inmaculado Corazón y que siguen flagelando y crucificando a Cristo nuestro Redentor.
Yo prometo ser siempre fiel a tus deseos y solo te pido fortaleza para no caer ante las dificultades y ayudarte en la batalla contra el maligno y todos sus agentes por medio del santo Rosario. Amén
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