Fuente: Sagradas Escrituras.
PROPÓSITOS QUE SE DISPONE CUMPLIR UN VERDADERO CATÓLICO.
1. Imitar a Dios, practicando el amor, viviendo como hijo de la luz en bondad, justicia y verdad, compasivo; discerniendo lo que agrada al Señor, cuidando mucho mi conducta y procediendo con sensatez, tratando de saber cuál es la voluntad del Señor. (Ef 5: 1,2,9,10,15,17)
2. Reunirme con otros para recitar salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y celebrando al Señor de todo corazón y dando siempre gracias a Dios. (Ef 5,19-20)
3. Iniciar el año revestido de hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad.
4. Renunciar a la mentira y hablar siempre con la verdad, con palabras buenas, siendo mutuamente buenos y compasivo. (Ef 4. 24-25,29) Ser puros del corazón y hablar con gracia, con palabra dulce y correcta. (Prov. 22,10)
5. Perdonar como Dios me ha perdonado en Cristo. (Ef 4,32)
6. Revestirme con la armadura de Dios, para resistir los ataques del demonio. (Ef. 6,11-19).
7. Trabajar para alcanzar la perfección a la que Jesús invitó en el Sermón de la Montaña, animándome y animando a otros, viviendo en armonía y en paz. (1 Cor 13,11; Mt. 5; 6 y 7)
8. Llenarme del Espíritu Santo, no abusar del vino para no caer en el libertinaje, ni ser necio ni irresponsable. (Ef. 5.15-18)
9. Escuchar y Creer en Dios y no apartarme de Él. Abrirle mi corazón y no endurecerlo, conocer sus caminos, obedecer sus mandatos, no pecar; sino llenarme de fe. (Heb. 3,7-10, 12-13,18-19)
10. Aceptar la corrección que nos hace el Señor a través de su Palabra. Dejar de pecar, enderezar el camino; tomar la cruz con amor y seguir a Jesús. Estar en paz, ser santos y cuidarme para mantenerse santo. No ser inmoral, respetar lo que Dios me manda y cumplirlo. Obedecer los mandatos de Dios, sirviéndolo con amor y verdad. (Heb 12,12-16 y 28)
11. Practicar el amor fraterno: ser hospitalario, acordarme de los presos y los que sufren; respetar el matrimonio y no cometer adulterio, no ir tras el dinero, conformarse con lo que Dios me da. Imitar la fe de los santos. No dejarme engañar por las novedades y doctrinas extrañas a la fe, no se alimentarme de otras creencias, especialmente de costumbres paganas. Salir al encuentro con Jesús cargando la cruz buscando su reino. Celebrar su nombre participando de la Santa Misa Compartir lo que se tengo y hacer el bien a los demás, como sacrificio agradable al Señor. Obedecer sumisos a los pastores para que rindan buena cuenta de mi alma (Heb 13,1-6, 9.13-17)
12. Anunciar su nombre: Poniendo más atención al mensaje de Dios. Anunciar a Jesús a los hermanos. Mantener la confianza en Dios. Aprender a sufrir para poder ayudar a los que sufren. (Heb 2,1,12,-13 y 18)
13. Ser amable: cumpliendo las enseñanzas de Dios, sus mandamientos y apartarme del mal. (Prov. 15.1 y 7)
14. Mantener fe y la lealtad a Dios. Poniendo toda la confianza en Dios y no en la inteligencia, pues de Él viene la ayuda. Ofrecerle parte de lo que gano. (Prov. 15,3, 6 y 8)
15. Ser humilde cuando Dios reprende, buscar la sabiduría, ser prudente, reflexionar antes de actuar y ayudar siempre al necesitado (Prov. 15,9,12.13.27) dando con alegría del corazón (2 Cor 9,7)
16. No tramar el mal contra el prójimo. Discutir solo con aquel que ha hecho un mal para que se haga justicia sin ser violento. (Prov. 15 ,29-31).
17. Ser recto, justo, humilde y sabio (Prov. 15 ,32-35). Se sabio, pon atención a lo que dicen las Sagradas escrituras, escucha el mensaje que Dios te da y, consérvalas en tu corazón para que las practiques y de tu labio solo salga palabras agradables al Señor. (Prov. 22, 17-18)
18. Cuidar del buen nombre, ser precavido y alejarse del mal, temer al Señor. Cuidarme a mí mismo apartándose del mal camino. (Prov. 22. 1, 3-5)
19. Ser generoso compartiendo el pan con el que no tiene. (Prov. 22,9)
20. Reconciliarme con Dios. (2. Cor. 5. 20) confesándome, cumpliendo mi penitencia y no volviendo a pecar.
21. Vivir en libertad, sirviendo con amor a los otros. (Gal. 5,13) animados por el Espíritu, dejándonos conducir por él; dando buen fruto con amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y templanza; sin vanagloriarse sin provocaciones ni envidias. (Gal. 5, 22-26)
22. Corregir con dulzura al que cometa alguna falta a Dios y hacer siempre el bien. (Gal. 6, 1 y 9)
23. Ayudar a los padres con compasión en su vejez y no causarles tristezas. (Ecl. 3:12-14).
24. Ser paciente y fiel al Señor, teme al Señor, abandónate en su confianza. (Eclo 2, 3-7 y 18) Ser fiel al trabajo. (Eclo 11,20)
25. Tener presente todas las advertencias contenidas en el Sermón de la Montaña, Eclesiástico, el Eclesiastés y Proverbios; además de las enseñanzas contenidas en los Evangelios.
26. No robar ni atropellar a nadie. (Prov. 22, 22)
27. No ser injusto, no engañarme ni ser impuro, ni idólatra, ni adúltero, ni afeminado, ni homosexual, ni ladrón, ni avaro, ni borracho, ni ultrajador, ni explotador (1 Corintios 6:9-10).
28. Evitar entristecer al Espíritu Santo de Dios, con amargura, arrebatos, ira, gritos, insultos y toda clase de maldad. (Ef 4. 30) Ni irritarme o enfadarme, ni caer en la ira. (Prov. 22, 24)
29. Evitar obscenidades, malas conversaciones y bromas groseras y dar gracias a Dios. No dejarse engañar ni ser cómplices de quienes lo hagan ni participar en malas obras (Ef. 5. 4, 6; 7 y 11)
30. Evitar obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. (Gal. 19-21)
31. Evitar las costumbres y fiestas paganas como la “cena de navidad” y la “cena de año nuevo” donde reinan la comilona, la borrachera, el libertinaje; la partida de rosca que te invita a seguir la comilona y te distrae de la verdadera práctica religiosa de vivir el tiempo de adviento con la Corona de adviento durante cuatro domingos anteriores a la Navidad. Evitando salir con maletas a media noche por la calle, usar ropas de tal o cual color como amuletos-rojo para el amor, amarillo para el dinero-y otras prácticas similares.
32. Vivir la navidad con su verdadero sentido: dejando a Dios nacer en el corazón para mantenerlo vivo durante todo el año que inicia y participando en las posadas, cantando glorias al Señor, alabándolo y compartiendo santamente los alimentos según las posibilidades.
33. Vivir la cuaresma santamente siguiendo las indicaciones de la Santa Iglesia.
34. Valorar la pasión del Señor manteniendo presente siempre que Él murió por salvarme para no ofenderlo ni crucificarlo con mis pecados.
35. Cumplir los deseos de la Virgen María y de Jesús practicando los mensajes que nos ha enviado a través de los videntes.
Quien alcance cumplir estos propósitos obtendrá santidad que le abrirá las puertas del Cielo y ser habitante del Reino de Dios. A tomar la cruz con amor y caminar los senderos que nos pone el Señor.
En el tiempo de los jueces, cuando se moría un juez la gente se olvidaba de pedirle a Dios les enviara otro; en ese tiempo sin un dirigente de Dios la gente vivía sin Él en la calamidad y la desgracia hasta que se acordaban que viviendo guiados por Dios gozaban de paz y abundancia clamaban al Altísimo pidiéndole otro juez y Dios en su infinita misericordia les daba otro juez. Hoy estamos peor, vivimos una vida de inseguridad donde la paz es un anhelo, hay descarada corrupción, injusticias, altísimos grados de violencia, muertes en todos los sentidos…pero aun así no nos doblamos ante el Señor a orar, corregir nuestras vidas y trabajar por nuestra salvación. Recuerda: “El infierno está lleno de buenas voluntades y deseos.” (Francisco de Sales) Que tus propósitos sean hechos reales y no solo deseos o voluntades que te lleven al infierno.
Para RECIBIR LA BENDICIÓN DE DIOS son necesarias dos grandes condiciones:
1. AMAR A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS.
2. AMAR A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.