(Primer Domingo después de de Pascua 12 de abril 2015)
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el mensaje:
Dios es Misericordioso y nos ama a todos... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia"
"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300)
Jesús le dijo a María Faustina:
“Prometo que las almas que venerarán esta imagen no perecerán, y la victoria caerá sobre sus enemigos aquí en la tierra, especialmente en la hora de su muerte. Yo los defenderé como Mi propia gloria".
La esencia de la devoción
La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:
1. Confiar en la Misericordia del Señor.
Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".
2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
"Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".
3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia". "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).
4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".
5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.
"Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".
"También deseo que los sacerdotes proclamen la devoción de la Misericordia a todos los pecadores; que permita que el pecador no tenga miedo en acercarse hacia Mí, en acudir a Mí. Las llamas de mi Misericordia aclaman para ser gastadas a favor de las almas pecadoras; y yo deseo derramarlas sobre ellas", Jesús.
"Yo deseo que sepas cuanto amor arde en mi corazón por las almas más alejadas de Mí. Y tu entenderás lo que te digo cuando medites en mi Pasión".
"Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en vos"." Por el rezo de este Rosario, me complace dar todo lo que me pidan. Quien lo rece, alcanzará gran Misericordia en la hora de su muerte. Aunque sea un pecador empedernido, si reza este Rosario, aunque sea una sola vez, logrará la gracia de mi infinita Misericordia".
“Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.”
¡Misericordia, Señor, Misericordia!
¡Soy pecador, el pecado lacera mi alma!
En Señor es bueno y Misericordioso, en más de 250 citas bíblicas lo podemos confirmar, pero reflexionemos sobre algunas grandes manifestaciones de su misericordia:
Perdonó a la adúltera para hacernos saber que no importan tus pecados, sino tu arrepentimiento y que implores su perdón. Que creamos en Él que es el Hijo de Dios y vayamos pronto a pedir su auxilio, nos de su mano y nos saque del pozo de nuestros pecados que ya nos están ahogando!
El que se humilla ante Dios es enaltecido con su Gloria.
Perdonó a Judas Iscariote en la última Cena Jesús dijo: “uno de ustedes me va a entregar” Todos se preguntaban si serían ellos, se angustiaron si alguno de ellos llegaría a ese extremo contra su Señor, al que seguían con amor y del que no esperaban hacer algo así contra Él. ´Cada uno le preguntó si era él y Jesús solo les respondió que uno que comía de su cuerpo y bebía de su sangre con Él.
Judas lo vendió a precio de esclavo por Treinta monedas, cuando estuvo frente a Jesús a las Tres de la madrugada del viernes en el Huerto de los Olivos Jesús que ya lo había perdonado le ordena incluso que haga lo que va a hacer (darle el beso traidor) para que lo tomaran preso y se cumpliera todo. Lo perdonó por amor a toda la humanidad y para que no tomara a otro en su lugar.
Perdonó a Pedro, quien dijo a Jesús que lo amaba y que estaba dispuesto a morir por Él o con Él. El Señor le advirtió que lo negaría tres veces y Pedro le confirmó que no haría eso. Jesús sabía que el Padre haría negarlo, porque solo así podría edificar su iglesia en esta tierra. Jesús puso a Simón el nombre de Pedro que significa: Piedra. Y como piedra, Pedro sería fuerte en el amor a Jesús y en cumplir todo aquello que ÉL le encomendó para la iglesia naciente. También nos muestra con este perdón que debemos entre nosotros mismos, como Jesús lo predicó y mostró, perdonando a los suyos. (Mt. 34:35; 26:75) perdonar a los demás. Jesús perdona a Pedro porque Él mismo le da la orden de negarlo pues Pedro estaba dispuesto a morir con Jesús, pero el Señor ya le había encargado una gran tarea que solo librándose de la muerte en ese momento podría cumplir.
Perdonó a Tomás por la incredulidad ante su resurrección para mostrarnos que todo aquel que no creía y cree en Jesús como el Hijo de Dios y lo acepta como su salvador tiene la esperanza segura de ser perdonado tan solo con creer en Él. Y más aún si cree en que Cristo resucitó vencedora de la muerte, dándonos más seguridad de que Él todo lo vence para hacernos partícipe de su reino.
Perdonó al buen ladrón, a Dimas; quién al buscar el rostro del inocente, del Salvador; recibe su mirada compasiva, misericordiosa, por haber reconocido ser pecador al dedicarse a robar, reconocía su culpa y aceptaba el castigo que recibía, su penitencia. Este perdón nos da la certeza de que podremos obtener el perdón, la misericordia de nuestro Señor, aún en el último momento si lo buscamos y aceptamos nuestras culpas y pecados, pedimos perdón y cumplimos la penitencia que Dios nos imponga.
Perdonó a sus verdugos: “Padre, perdónalos no saben lo que hacen” culmen del derramamiento de su misericordia para mostrarnos que nos ama, que somos sus hermanos menores necesitados de su miseria y que nos quiere con Él en su reino, que nos arrepintamos y vayamos a Él. Que aunque a diario blasfemamos contra ÉL, le seguimos flagelando y crucificando constantemente, Él nos espera para darnos el perdón.
Perdonó a Saulo de Tarso perseguidor de los que creían en Él, le hizo vivir su ceguera por un tiempo y en esa situación, Saulo reconoció a Jesús como el Hijo de Dios y brotó de su corazón un enorme amor a Él, Jesús le dio a conocer su misterio. Envió a Ananías a devolverle la vista para que Pablo, (como así le nombró Jesús) fuera a evangelizar con Pedro. Jesús nos muestra que Él es el único que puede disipar nuestras tinieblas, curar nuestra ceguera, dándose a conocer a nosotros. Que aunque seamos grandes pecadores Él nos perdona, nos muestra también que donde sobre abundó el pecado, sobreabunda la Gracia de Dios. Es la esperanza de los pecadores más empedernidos, Dios nos quiere a todos de regreso a ÉL.
Al perdonar Jesús a otros nos muestra aquello que debemos hacer para recibir su misericordia:
- Reconocer nuestra culpa.
- Tener verdadero arrepentimiento.
- Creer en Dios que es todo Amor.
- Confiar en la Misericordia del Señor
- Confesar nuestros pecados
- Cumplir la penitencia.
- Perdonar a quienes nos ofenden.
- Orar por los demás.
- Vivir en la Gracia del Señor.
- Hacer obras de misericordia.
Seamos misericordiosos con Jesucristo Agonizante que nos implora misericordia, nos pide nuestro amor para Él, para continuar derramando sobre nosotros sus infinitas misericordias. Nos pide lo acompañemos aunque sea Una Hora de Getsemaní (jueves de 11:00 PM a 3:00 AM), que hagamos el Rosario Mariano con las oraciones de que la Virgen dio a los videntes de Fátima e inmediatamente después el Rosario de su Preciosa Sangre. De preferencia a la Hora del Sello de la Sangre de Cristo de 12:00 a 3:00 PM y seamos misericordiosos con su Madre que nos pide hacer el Rosario Mariano en familia y el de la Divina Misericordia (a la Hora de la Misericordia 3:00 PM)
¿Quiénes serán salvados en los últimos tiempos?
En Mateo Jesús nos dice que:
- Los Bienaventurados.
- Los que cumplan los mandamientos. Si se ama a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo, todos los demás mandamientos se cumplen por si solos.
- Los que vivan según las enseñanzas de Jesús (Su Sagrada Palabra –Biblia)
- Los misericordiosos. Mt 5:18
- Los purificados con la Sangre de Cristo (Heb. 9,11-14)
- Los embriagados con la Sangre de Cristo (Efesios 5,18)
- Los reconciliados por la Sangre de Jesús –al comulgar (Colosenses 1,20) Los que beban de esta Sangre ( Mateo 26, 28)
- Los redimidos por el precio que derramó Jesús en la Cruz: Sangre de Cristo (I Pedro 1,18), comprados por gran precio ( I Corintios 6,20)
- Los que adoren, se preparen y reciban el Sello de la Sangre de Cristo (Devocionario de la Preciosa Sangre de Cristo –Acompaña a Jesús una Hora de Getsemaní)
Si no nos preparamos para recibir el sello quedamos desprotegidos, así como los israelitas marcaron los dinteles de puertas y ventanas con la sangre del cordero inmolado, así nosotros también debemos sellarnos con la sangre de Cristo para lo cual debemos prepararnos y recibirla en los días y horas establecidos según el devocionario de la Sangre de Cristo que está publicado en textos separados en el mes de julio 2013 en este blog,
En apocalipsis se habla de que no todos seremos salvados sino solo 144,000. (Apocalipsis 7:3-4) Pero si la humanidad se arrepiente, se confiesa, cumple su penitencia, lleva una vida santa y recibe el sello de la Sangre de Cristo esa cifra se puede multiplicar por la misericordia infinita del Señor. Así que estamos invitados a ser santos y obedecer a Dios.