sábado, 10 de enero de 2015
La amabilidad de San Francisco de Sales
Autor: Nora Ruano
El 24 de enero la Iglesia Católica hace Memoria del santo Francisco de Sales, alguien de quién tenemos un hermoso ejemplo de amabilidad. Tanto el trato con las demás personas; a quienes siempre vio como hermanos Cristo, como en sus escritos vemos un lenguaje amable. Dice las verdades con la amabilidad que te atrapa a escucharle al leerle. Una de sus frases más conocidas por el contenido de su sabiduría en una combinación de amabilidad es sin duda “ La medida del amor es amar sin medida” Algo que nos pide Dios hacer amar, sin medida a toda persona, sin importar, incluso que se ame a quien nos haga daño. Jesús dijo en la montaña que no busquemos pleito que cedamos ante el malvado pues así quedaremos bien ante Dios. (Mt 5, 39-41), nos evitaremos ir al infierno y ganaremos el boleto de entrada a los cielos. Esto que Jesús nos pide fue lo que hicieron quienes alcanzaron la santificación, perfeccionaron su carácter a la Luz de Cristo, según sus enseñanzas y se santificaron. Cada santo tiene alguna gracia que sobresale, y en Francisco de Sales conocemos como ser verdaderamente amables. Cómo hablar y actuar con amabilidad hacia el hermano.
Los santos son ejemplos de santidad a imitar, y nunca debemos caer en la idolatría de una imagen de alguno de ellos. Toda imagen de santos, de la Virgen, de Jesús o de Dios Padre son solo imágenes que debemos tomar como fotografías solo para recordar esa gracia que debemos desarrollar y para no olvidarnos de Dios.
Aprendamos de este santo a hablar con amabilidad y sabiduría para que la lengua no nos traicione y meta en líos. Seamos amables con todos, especialmente con aquellos que nos consideran enemigos y oremos por sus almas pidiendo a Dios su conversión. Al ser amables con los demás estaremos construyendo un mundo de paz e instalando el reino de Dios en este mundo terrenal.
Derramemos amabilidad con el amigo, los familiares, desconocidos, conocidos y con aquellos que nos han hecho algún daño para que podamos mostrarle el amor del cuál Dios nos creó y puedan aprender a amar al ser amado, perdonar, al ser perdonado y amable al ser tratado con amabilidad.
La amabilidad es una gracia concedida por Dios y es una Luz brillando desde nuestro interior hacia los demás.
Con esfuerzo y paciencia podemos lograr lo que nos proponemos: recorrer el camino de la santidad como nos indica este santo: sin mirar ni a la derecha ni a la izquierda para no distraernos, más bien caminemos recto hacia Dios evitando ir a parar al infierno. Recordemos una sabia frase de este mismo santo: “El infierno está lleno de buenas voluntades y deseos.” Así que a nuestra buena voluntad acompañémosla de hechos firmes para que nuestros deseos de santificarnos para ir con Dios sean hechos reales y no solo deseos o voluntades que nos lleven al infierno.
Pidamos a este santo nos conceda de Dios la gracia de la paciencia, la amabilidad y la rectitud para alcanzar la santidad.
lunes, 5 de enero de 2015
Rosario al Divino Niño
DEVOCIÓN DEL DIVINO NIÑO JESÚS
6 de enero
Fiesta en algunos lugares de México entre ellos Xochimilco. Fiesta en su advocación de El Niñopa (Niño Padre) o Niñopan ", "El Niño Pan" (que significa el Niño del tiempo y espacio ); "El niño del pueblo" o "El niño viajero"
Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Invocación al espíritu Santo:
Todos: Santísimo espíritu amado de mi alma, te adoro. Ilumíname, fortaléceme, guíame, confórtame, consuélame. Prometo de corazón, someterme a todo lo que deseas para mí y permite que se realicen tus deseos en mí. Dame a conocer tu voluntad, dime lo que debo hacer. Santísimo espíritu derrama la paz, en el mundo.
Señor mío Jesucristo Dios y hombre verdadero. Creador, Padre y Redentor mío, por ser tu quién eres y porque te amo por sobre todas las cosas me pesa en el alma haberte ofendido porque eres infinitamente bueno. Yo propongo firmemente enmendarme, confesarme a su tiempo y cumplir la penitencia que me fuere impuesta por mis culpas. Te ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Así como lo suplico, así confío en tu divina bondad y misericordia infinita que me perdonarás por los méritos de tu preciosa sangre, vida, pasión y muerte, y me darás la gracia para no ofenderte más. Amén.
Padre Nuestro
-Las Tres Avemarías
"María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal.”
1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno haciéndote la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también asísteme en la tierra para fortificarme y apartarme de mi toda potestad enemiga. Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
«¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.».
2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo asísteme en el trance de la muerte para llenar mi alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error y la ignorancia. Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
«¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.».
3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo haciéndote tan amable que después de Dios eres la más dulce y misericordiosa, asísteme en la muerte llenando mi alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para mí en delicias”. Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
«¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.».
-Gloria. ..
PRIMER MISTERIO Contemplamos: el ángel anuncia a María que va a ser madre del hijo de Dios.
Gozo 1: Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos,
la gracia que necesito, pongo en tus benditas manos.
Petición: ¨Divino niño por los meritos de tu encarnación en las purísimas entrañas de María Santísima te pedimos, nos ayudes a llevar una vida Santa llena de paz, de alegría y de buenas obras.
Todos: ROGUEMOS AL SEÑOR.
En la cuenta blanca (por el Padre Nuestro):
Guía: Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño,
Todos: te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.
En las 12 cuentas rosadas (por el Avemaría):
Guía: Divino niño Jesús, por los meritos de tu infancia
Todos: escucha nuestra oración.
Al final de la docena:
Guía: Oh Dios padre, hijo y espíritu santo,
Todos: en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.
Guía: Divino Niño Jesús,
Todos: en Ti confío.
SEGUNDO MISTERIO.
Guía: Contemplamos la visitación de María a su prima Santa Isabel.
Gozo 2
Guía: Tú qué sabes nuestros pesares pues todos te los confió,
Todos: da la paz a los turbados y alivio al corazón mío.
Petición
Guía: Divino Niño por los meritos de la visitación de María, te pedimos que visites con tu santa madre nuestros hogares y que te quedes con nosotros, para que en ellos reine la paz y el amor.
Todos: ROGUEMOS AL SEÑOR
TERCER MISTERIO
Contemplamos: El nacimiento del Niño Jesús en el establo de Belén.
Gozo 3: Guía: y aunque tu amor no merezco,
Todos: no recurriré a ti en vano pues eres hijo de Dios y alivio de los cristianos.
Petición: Divino Niño por los meritos de tu nacimiento en el establo de Belén, te pedimos por todos los Niños que son privados de la vida por el aborto, acógelos en tu gran misericordia.
Todos: ROGUEMOS AL SEÑOR;
CUARTO MISTERIO Contemplamos: la presentación del Niño Jesús en el templo y la purificación de María.
Gozos 4 Guía: Acuérdate de mi Niño Jesús Santo
Todos: que jamás se ha podido, decir, que algunos te hayan implorado, sin tu ayuda recibir.
Petición: Divino Niño por los méritos de tu presentación en el templo te pedimos, para que José y María nos pongan en el sagrario como pertenencia tuya para siempre.
Todos: ROGUEMOS AL SEÑOR.
QUINTO MISTERIO Contemplamos: el Niño Jesús es perdido y hallado en el templo, con los maestros y doctores de la ley.
Gozo 5 Guía: Por eso, con fe y confianza,
Todos: humildes y arrepentidos, llenos de amor y confianza, tu amor pedimos.
Petición: Divino Niño por los meritos de tu hallazgo con los maestros y doctores de la ley, te pedimos por los padres de la familia, para que cuiden de sus hijos, les den enseñanza bíblica y sepan guiarlos por el buen camino.
Todos: ROGUEMOS AL SEÑOR.
LETANÍAS
Divino Niño Jesús Verbo del Padre Eterno, conviérteme.
Hijo de María, tómame como hijo tuyo.
Maestro mío, enséñame.
Príncipe de la Paz, dame la paz.
Refugio mío, recíbeme.
Pastor mío, alimenta mi Alma.
Modelo de paciencia, consuélame.
Manso y Humilde de corazón, ayúdame a ser como tú.
Redentor mío, sálvame.
Mi Dios y mi todo, dirígeme.
Verdad eterna, instrúyeme.
Apoyo mío, dame fuerzas.
Mi justicia, justifícame.
Mediador mío con el Padre, reconcíliame.
Medico de mi Alma, cúrame.
Juez mío, perdóname.
Rey mío, gobiérname.
Santificación mía, santifícame.
Pozo de bondad, perdóname.
Pan vivo del cielo, nútreme.
Padre del prodigo, recíbeme.
Jubilo de mi Alma, sé mi única felicidad.
Ayuda mía, asísteme.
Imán de amor, atráeme.
Protector mío, defiéndeme.
Esperanza mía, sostenme.
Objeto de mi amor, úneme a ti.
Fuente de mi vida, refréscame.
Mi Divina Victima, redímeme.
Mi último fin, déjame poseerte.
Mi Gloria, glorifícame.
DIVINO NIÑO JESÚS EN TI CONFIO.
Súplicas para tiempos difíciles
En nuestras dificultades: AYUDANOS
De los enemigos del alma: SALVANOS
En nuestros desaciertos: ILUMINANOS
En nuestros dudas y penas: CONFORTANOS
En nuestros soledades: ACOMPAÑANOS
En nuestros enfermedades: FORTALECENOS
Cuando nos desprecien: ANIMANOS
En las tentaciones: DEFIENDENOS
En las horas difíciles: CONSUELANOS
Con tu corazón paternal: AMANOS
Con tu inmenso poder: PROTEGENOS
Y en tus brazos al expirar: RECIBENOS
AMEN
ORACION AL DIVINO NIÑO JESUS
Acuérdate ¡Oh dulcísimo niño Jesús que has dicho! lo que quieran pedir, pídanlo por los méritos de mi infancia, y nada les será negado.
Si quieres agradarme confíen en mí, si quieren agradarme más, confíen más, si quieren agradarme inmensamente, confíen inmensamente en mí.
Por los méritos de tu infancia ayúdanos a llevar una vida Santa, perdona nuestras culpas, líbranos de los castigos que nos merecemos, por nuestros pecados y de todos los peligros para el alma y el cuerpo, concédenos aquellos favores que estamos necesitando y después de una vida llena, de paz, alegría y de buenas obras, llévanos a la gloria del paraíso, donde con el padre y el espíritu santo vives y reinas, por los siglos de los siglos. AMEN
Todos_ Adorable Niño Jesús, mi único tesoro... dígnate, dulce Bien mío, derramar sobre mi corazón, con la unción de tu gracia, la dulzura y bondad de tus sentimientos divinos, y por los méritos infinitos de tu Santa Infancia, regálame la gracia de un día contemplar tu hermoso Rostro en el cielo. Amén.
Jesús, José y María- bendice nuestros hogares
Jesús, José y María - líbranos de todo mal
Jesús, José y María - Salva nuestras almas
Amen
Credo
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Gloria
Divino niños Jesús en Ti confío.
(decir esta jaculatoria 12 veces)
sábado, 3 de enero de 2015
¿Reyes Magos o Epifanía del Señor?
La tradición mundana, contraria a la Liturgia Católica celebra una adoración a los Reyes Magos basada en una mentira seguida por muchísimas personas de engañar a los niños de que si se portan bien los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltazar les traerán regalos; y éstos deben hacer la carta donde le dicen que juguetes quieren. Mientras que los padres en el papel de “Reyes Magos” compran los juguetes solicitados o aquellos que puedan adquirir en su economía y a escondidas ponen los juguetes a un lado del árbol navideño o junto a la cama del niño.
Con esa practica mundana han desviado a los creyentes de la verdadera tradición católica. Si queremos agradar a Dios debemos “renunciar a la mentira y hablar siempre con la verdad” (Ef 4. 24-25) enseñando a nuestros hijos aquello que dice la Santa Palabra que cuando nació el Niño Jesús Los astrólogos, conocidos como sabios en aquellos tiempos, vieron la estrella de Belén y fueron en busca del recién nacido y cuando lo encontraron “cayendo de rodillas, lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra” (Mt 2,1-11): Según la Liturgia católica el 6 de enero se celebra la Epifanía del Señor, que significa “manifestación”; es decir que es cuando Jesús que es Dios Hijo se da a conocer al mundo y por eso este día recordamos este hecho por lo que los fieles lo celebramos yendo como los sabios de oriente
Vayamos como los Sabios de Oriente (astrólogos y no reyes) a adorar a Jesús en nuestro camino llevando una vida según lo indica el Evangelio para alcanzar la corona de la salvación con la que se coronaron los magos, los apóstoles y tantos santos que creyeron en que Jesús era el Mesías.
Ni una mentira más a los niños los sabios de oriente solo eran astrólogos de los que no saben sus nombres, no reyes y tampoco llevaban juguetes a los niños; llevaron regalos a Jesús que era el Niño Dios y lo adoraron. Recordemos que todo lo que hagamos al más pequeño de los hermanos nuestros y de Cristo, lo estamos haciendo a Cristo mismo. (Mt. 25,40); le estamos mintiendo a Cristo.
Los astrólogos le ofrecieron regalos porque era el Hijo de Dios, el Rey de Reyes y porque iba a dar su vida por salvarnos. Ningún niño de la tierra es lo que es Jesús por lo tanto ningún astrólogo le dará esos regalos y muy seguramente ninguno en cualquier edad podría soportar la Pasión de Cristo.
Más nos valdría corregir ese error que nos ahoga en el pecado y explicarle a los hijos qué podemos ofrecer nosotros a Dios a ejemplo de esos sabios:
La decisión está en cada uno de nosotros: seguir conservando la mentira de los reyes magos o enseñar a nuestros hijos la verdad y hablarles de la Epifanía del Señor, además de enseñarles a ofrecerle a Dios nuestra obediencia, oraciones y buenas obras.
Busca tu salvación y no tu condenación a la muerte de tu alma. Encuentra la Vida Eterna.
¿Qué podemos ofrecer?
A los niños más necesitados si les podemos seguir regalando juguetes, como el DIF y algunas asociaciones siempre y cuando se haga a nombre directo, sin disfrazados de Reyes Magos, De esta manera se da a los que no tienen, así también nosotros, seguro conocemos a una o algunas familias que no tienen pues a esas podemos ofrecerle a Dios, compartirles aquello que nuestro corazón disponga: alimentos, ropas, muebles, juguetes, medicinas, la visita a enfermos, a ancianos abandonados de sus familiares. Y esta ayuda puedes hacerla durante todo el año cada vez que así lo quieras.
Comparte lo que tienes en abundancia que Dios te bendecirá al ciento por uno.
Dios los bendiga abundantemente.
viernes, 2 de enero de 2015
Receta para 2015: escuchar al Señor.
¿Cómo tener éxito durante este año?
Las recetas para iniciar el año son muchas, pero no efectivas, la mejor receta y la única que es importante y debemos tomar en cuenta es aquella receta que Jesús dio a Marta, hermana de Lázaro cuándo ésta se quejaba con Él de que su hermana María no le ayudaba en los quehaceres de la casa y solo se sentaba a escucharlo:
Ella atendía al Señor cuando visitaba su casa, dejaba de hacer otras cosas para con gran amor escuchar toda Palabra de Jesús. Eso nos recuerda que la única preocupación es buscar nuestra salvación: escuchar la voz de Dios a través de su Santa Palabra y ponerla en práctica. Curarnos de la enfermedad del Martalismo y de muchas otras que nos apartan de Él. Alejarnos de todas esas cosas mundanas que nos conducen a un abismo de pecados.
Déjate moldear por el mejor alfarero (Jer. 8), que Él haga de ti un hombre nuevo.
Perfecciona tu Espíritu y tu carácter a la Luz de Cristo que te ama.
Para ser BENDECIDOS POR EL SEÑOR para este 2015 hay que despojarse de todo aquello que no nos deja brillar a la Luz de Dios, dejar de ser campanas que solo retiñen 1Cor 13,1 sino:
- AMANDO A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS Y AMANDO AL PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS: leyendo la Palabra de Dios en familia, para poder conocerlo mejor, aprender a amarlo; reflexionar y corregir y enderezar nuestro camino para ir a su reino transmitiendo la fe a los hijos.
- Viviendo según las enseñanzas de Cristo. Coherente con el Evangelio Tener una vida de fe llena de obras (Sant 2,20). cumplir la Voluntad del Padre (Mt 7,21). Practicar las enseñanzas morales contenidas en la Biblia (los diez Mandamientos, el Sermón de la montaña (Mt. Caps.5, 6 y 7) –corazón del evangelio-donde Jesús nos invita a ser perfectos como el Padre y las 14 obras de misericordia contenidas en el Catecismo que ilustran ampliamente cuál es el modo de vivir según el Evangelio). Cumplir los Sacramentos. Ser buen fruto (Mt 7, 16). Vivir en el amor y la caridad. Padres dando buen ejemplo a los hijos siendo uno solo (Mateo 19:6), compartidos (1 Corintios 7:4), fieles (1 Corintios 7:2), amándose profundamente, dándose el uno al otro como Cristo se dio por la Iglesia (Ef 5,21-33), soportándose mutuamente por amor con mucha humildad, mansedumbre y paciencia (Ef. 4, 2) manteniendo la paz (Ef. 4, 3); viviendo en la verdad y en el amor, creciendo plenamente, unidos a Cristo (Ef. 4,15); perdonando hasta 70 veces 7 (Mt 18,22), confiando en la Providencia más que en el dinero, desprendiéndose de lo material (Mt 6,24-34), ayudando al peregrino, al hambriento, al sediento, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (Mt 25,33-40); incluso hasta dar la vida por los otros (1Jn 3,16). Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor. (Ef. 6,4) y la Ley de Dios para que siga el camino trazado por Él y nunca se aparte del camino. Corrijan a los jóvenes necios (Prov 22, 6 y 15; ecl 30.1) Los hijos, obedezcan a sus padres (Ef.6,1), no se salgan de los límites que les enseñaron sus padres, según la ley de Dios, continúenlos siempre. (Prov. 22,28). Sirvientes o empleados obedeciendo a sus patrones con temor y respeto, de corazón y buena gana, patrones, comportándose de la misma manera con sus servidores, sin amenazas,( Ef 6,5-8)
- La oración y el ayuno en familia: pedir al Padre como lo enseñó Jesús (Mt 6,5-15) Dar gracias a Dios cada amanecer, ofrecer el día y rezar un Padre Nuestro, el Magníficat, Dulce Madre y ponerse la armadura de Dios (Efesios 6). Agradecer los alimentos a la hora de comer. Rezar el Rosario, al anochecer dar gracias por el día, pedir perdón por los pecados cometidos, pedir la ayuda del Señor, rezar el salmo 91. Hacer otras oraciones como Soneto al Crucificado, Alma de Cristo Oración Simple (hazme un instrumento de paz) Toda oración hecha de corazón es escuchada en el cielo y todo lo que en ella pedimos se nos da, aún antes de ser pedida y más aún si la acompañamos con el ayuno (Mt 6, 16-18)
PROPÓSITOS QUE SE DISPONE CUMPLIR UN VERDADERO CRISTIANO.
1. Imitar a Dios, practicando el amor, viviendo como hijo de la luz en bondad, justicia y verdad, compasivo; discerniendo lo que agrada al Señor, cuidando mucho mi conducta y procediendo con sensatez, tratando de saber cuál es la voluntad del Señor. (Ef 5: 1,2,9,10,15,17)
2. Reunirme con otros para recitar salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y celebrando al Señor de todo corazón y dando siempre gracias a Dios. (Ef 5,19-20)
3. Iniciar el año revestido de hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad.
4. Renunciar a la mentira y hablar siempre con la verdad, con palabras buenas, siendo mutuamente buenos y compasivo. (Ef 4. 24-25,29) Ser puros del corazón y hablar con gracia, con palabra dulce y correcta. (Prov. 22,10)
5. Perdonar como Dios me ha perdonado en Cristo. (Ef 4,32)
6. Revestirme con la armadura de Dios, para resistir los ataques del demonio. (Ef. 6,11-19).
7. Trabajar para alcanzar la perfección a la que Jesús invitó en el Sermón de la Montaña, animándome y animando a otros, viviendo en armonía y en paz. (1 Cor 13,11; Mt. 5; 6 y 7)
8. Perdonar a los otros como Dios me ha perdonado en Cristo. (Ef 4, 31)
9. Llenarme del Espíritu Santo, no abusar del vino para no caer en el libertinaje, ni ser necio ni irresponsable. (Ef. 5.15-18)
10. Escuchar y Creer en Dios y no apartarme de Él. Abrirle mi corazón y no endurecerlo, conocer sus caminos, obedecer sus mandatos, no pecar; sino llenarme de fe. (Heb. 3,7-10, 12-13,18-19)
11. Aceptar la corrección que nos hace el Señor a través de su Palabra. Dejar de pecar, enderezar el camino; tomar la cruz con amor y seguir a Jesús. Estar en paz, ser santos y cuidarme para mantenerse santo. No ser inmoral, respetar lo que Dios me manda y cumplirlo. Obedecer los mandatos de Dios, sirviéndolo con amor y verdad. (Heb 12,12-16 y 28)
12. Practicar el amor fraterno: ser hospitalario, acordarme de los presos y los que sufren; respetar el matrimonio y no cometer adulterio, no ir tras el dinero, conformarse con lo que Dios me da. Imitar la fe de los santos. No dejarme engañar por las novedades y doctrinas extrañas a la fe, no se alimentarme de otras creencias, especialmente de costumbres paganas. Salir al encuentro con Jesús cargando la cruz buscando su reino. Celebrar su nombre participando de la Santa Misa Compartir lo que se tengo y hacer el bien a los demás, como sacrificio agradable al Señor. Obedecer sumisos a los pastores para que rindan buena cuenta de mi alma (Heb 13,1-6, 9.13-17)
13. Anunciar tu nombre: Poniendo más atención al mensaje de Dios. Anunciar a Jesús a los hermanos. Mantener la confianza en Dios. Aprender a sufrir para poder ayudar a los que sufren. (Heb 2,1,12,-13 y 18)
14. Ser amable: cumpliendo las enseñanzas de Dios, sus mandamientos y apartarme del mal. (Prov. 15.1 y 7)
15. Mantener fe y la lealtad a Dios. Poniendo toda la confianza en Dios y no en la inteligencia, pues de Él viene la ayuda. Ofrecerle parte de lo que gano. (Prov. 15,3, 6 y 8)
16. Ser humilde cuando Dios reprende, buscar la sabiduría, ser prudente, reflexionar antes de actuar y ayudar siempre al necesitado (Prov. 15,9,12.13.27) dando con alegría del corazón (2 Cor 9,7)
17. No tramar el mal contra el prójimo. Discutir solo con aquel que ha hecho un mal para que se haga justicia sin ser violento. (Prov. 15 ,29-31).
18. Ser recto, justo, humilde y sabio (Prov. 15 ,32-35). Se sabio, pon atención a lo que dicen las Sagradas escrituras, escucha el mensaje que Dios te da y, consérvalas en tu corazón para que las practiques y de tu labio solo salga palabras agradables al Señor. (Prov. 22, 17-18)
19. Cuidar del buen nombre, ser precavido y alejarse del mal, temer al Señor. Cuidarme a mí mismo apartándose del mal camino. (Prov. 22. 1, 3-5)
20. Ser generoso compartiendo el pan con el que no tiene. (Prov. 22,9)
21. Reconciliarme con Dios. (2. Cor. 5. 20) confesándome, cumpliendo mi penitencia y no volviendo a pecar.
22. Vivir en libertad, sirviendo con amor a los otros. (Gal. 5,13) animados por el Espíritu, dejándonos conducir por él; dando buen fruto con amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y templanza; sin vanagloriarse sin provocaciones ni envidias. (Gal. 5, 22-26)
23. Corregir con dulzura al que cometa alguna falta a Dios y hacer siempre el bien. (Gal. 6, 1 y 9)
24. Ayudar a los padres con compasión en su vejez y no causarles tristezas. (Ecl. 3:12-14).
25. Ser paciente y fiel al Señor, teme al Señor, abandónate en su confianza. (Eclo 2, 3-7 y 18) Ser fiel al trabajo. (Eclo 11,20)
26. Tener presente todas las advertencias contenidas en el Eclesiástico, el Eclesiastés y Proverbios.
27. No robar ni atropellar a nadie. (Prov. 22, 22)
28. No ser injusto, no engañarme ni ser impuro, ni idólatra, ni adúltero, ni afeminado, ni homosexual, ni ladrón, ni avaro, ni borracho, ni ultrajador, ni explotador (1 Corintios 6:9-10).
29. Evitar entristecer al Espíritu Santo de Dios, con amargura, arrebatos, ira, gritos, insultos y toda clase de maldad. (Ef 4. 30) Ni irritarme o enfadarme, ni caer en la ira. (Prov. 22, 24)
30. Evitar obscenidades, malas conversaciones y bromas groseras y dar gracias a Dios. No dejarse engañar ni ser cómplices de quienes lo hagan ni participar en malas obras (Ef. 5. 4, 6; 7 y 11)
31. Evitar obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. (Gal. 19-21)
32. Evitar las costumbres y fiestas mundanas como la “cena de navidad” y la “cena de año nuevo” donde reinan la comilona, la borrachera, el libertinaje; la partida de rosca que te invita a seguir la comilona y te distrae de la verdadera práctica religiosa de vivir el tiempo de adviento con la Corona de adviento durante cuatro domingos anteriores a la Navidad. Evitando salir con maletas a media noche por la calle, usar ropas de tal o cual color como amuletos-rojo para el amor, amarillo para el dinero-y otras prácticas similares.
33. Vivir la navidad con su verdadero sentido: dejando a Dios nacer en el corazón para mantenerlo vivo durante todo el año que inicia y participando en las posadas, cantando glorias al Señor, alabándolo y compartiendo santamente los alimentos según las posibilidades.
34. Vivir la cuaresma santamente siguiendo las indicaciones de la Santa Iglesia.
35. Valorar la pasión del Señor manteniendo presente siempre que Él murió por salvarme para no ofenderlo ni crucificarlo con mis pecados.
36. Cumplir los deseos de la Virgen María y de Jesús practicando los mensajes que nos ha enviado a través de los videntes.
Para RECIBIR LA BENDICIÓN DE DIOS son necesarias dos grandes condiciones:
1. AMAR A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS.
2. AMAR A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.
San Francisco de Sales decía:
“El infierno está lleno de buenas voluntades y deseos.”
Que tus propósitos sean hechos reales y no solo deseos o voluntades que te lleven al infierno.