Páginas

jueves, 2 de enero de 2014

Benditos de Dios

 

Hace años se practicaban las enseñanzas de Dios, con el tiempo y la modernidad nos hemos ido alejando de Él. Hemos estado echando al olvido las buenas prácticas que Jesús nos vino a enseñar. Ya no compartimos, no regalamos un vaso de agua, lo vendemos; no vestimos al harapiento, lo despreciamos; no damos de comer al hambriento y necesitado, le negamos un taco; ya no recibimos al forasteros porque algunos no son buenos forasteros, resultan ser viles delincuentes; no calzamos al descalzo ni vamos a visitar al enfermo. Eso nos ha convertido en malditos pues la maldad nos correo el alma que no queremos compartir.

¿Quieres ser bendito de Dios? Lee el siguiente texto y decide qué vas a hacer para convertirte en un Bendito de Dios.

En el amor de Dios que la humanidad entera sea Bendita de Dios.

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria, que es suyo. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los cabritos y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.» Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos?

¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.» Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y no me dieron de beber; era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron.» Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.» Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.» Mt 25 31-46

 

Dios nos hizo a su imagen y semejanza, pero nosotros nos hemos hecho desmerecedores de esta gracia, nos hemos convertidos en indignos de Dios.

 

Regresa a Dios tu Creador, el dador de tu vida. Aquél por quién vives.

No hay comentarios:

Publicar un comentario