Detención, flagelación y muerte de Jesús.
El Viernes Santo recordamos que Jesús es detenido en el Monte de los Olivos. Mateo 20,17-28 Lo interrogan, lo azotan, le ponen una corona de espinas, se burlan de Él, lo condenan a muerte y finalmente lo crucifican (viacrucis). Marcos 14,3-72; 15,1-47
Cada vez que le gritamos a otro, cada vez que insultamos o nos burlamos de alguien, cada vez que ejercemos violencia a los demás es repetir los insultos y las burlas que sufrió Cristo. Eso hacemos con nuestros hermanos, el prójimo, los familiares, conocidos: insultamos y nos burlamos de Cristo. NO LO VOLVAMOS A HACER. DETENGÁMONOS YA!
|
El Viacrucis es el camino de la cruz que siguió Jesús. Un camino muy doloroso que culminó al ser crucificado en la pesada cruz que cargó. El rezo del Viacrucis es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman "estaciones".
|
Participar en el Viacrucis requiere hacerlo con verdadero amor a Jesús que, amándonos hasta el extremo, dio su vida por cada uno de nosotros. Es acompañarlo en ese camino doloroso e ir reflexionando en cada estación que hicimos cada uno de nosotros para poner a Jesús en esa situación y sobre todo reflexionar para no volver a cometer los mismos pecados y principalmente: NO volver a pecar. También buscamos consolar a Jesucristo por todos los dolores sufridos por nuestra causa que lo llevaron a aceptar una muerte tan terrible y extremamente dolorosa.
En las revelaciones hechas por Jesús Agonizante al nigeriano Bernabé Nwoye le pide no dejarlo solo en Getsemaní, que aunque sea una hora lo acompañemos. Qué hermoso sería para el Señor que la humanidad en este año reflexionara sobre todos los pecados que cometemos a diario y poner un alto total pues cada pecado cometido es una flagelación a su cuerpo flagelado. Cristo nos pregunta cuando pecamos: ¿Es así como le pagas a tu Señor? ¿Así pagamos el precio de su sangre? ¿Siendo un pozo de iniquidad? Y como nos ama tanto todavía nos dice: “Vuelve a tu Señor que ama”
Valoremos el precio que Jesús pagó por salvarlos y volvamos a Él. que jamás nos deja solos, nos insiste regresar a ÉL. Vayamos a su encuentro. No pienses en esta semana en placeres: ir a la playa. irte de vacaciones y dejar a Cristo solo. Esta semana Santa e para estar con Él y participar de las actividades que organiza y celebra la Iglesia para recordar lo que Jesús vivió en estos días en aquel momento. Después del Día de la Resurrección del Señor entonces ya podrás festejar que resucitó, entonces será fiesta. Pero esta semana dedícala al Señor-.
Debemos tener presente que Cristo nos pide NO MOSTRAR SU CUERPO DESNUDO, su cuerpo que fue despojado con violencia de sus ropas para ser crucificado. ¿Cómo mostramos el cuerpo desnudo de Cristo? Lo hacemos cuando las mujeres nos vestimos con ropa corta y escotada dejando ver desnudo la mayor parte posible de nuestro cuerpo, con minifaldas, vestidos estraples, los trajes de baño, Aunque las catequistas nos indican ir decorosamente vestidas para participar de algún sacramente nos hacemos las sordas y llegamos con el minivestido enseñando todas las piernas, hombros y espalda desnudas. Así es como nos burlamos de que a Jesús lo despojaron de sus ropas para clavarlo en la cruz y quitarle la vida pro nosotras. Si en verdad amas al Señor tu salvador no uses ese tipo de ropa, cubre tu cuerpo, valora el precio de tu salvación.
Cada pecado es una presión que hacemos a la corona de espinas en la Sacratísima cabeza de nuestro Señor. Laceramos su dolorida cabeza, le clavamos nuestro pecado en su cabeza. Le sangramos su cabeza. NO PEQUES MAS.
Cada pecado es una flagelación al cuerpo adolorido y mutilado de nuestro salvador. NO LO SIGAMOS FLAGELANDO.
Cuando pecamos, nos confesamos. Luego poco volvemos a pecar y decimos: me confieso, y quedo limpio de pecado.Si tenemos verdadero arrepentimiento NO VOLVEMOS A PECAR! y nosotros pecamos constantemente : total, el padre me perdona y ya! Eso no es verdadero arrepentimiento es flagelar a Cristo constantemente, arrastrarlo flagelado y volver a flagelarlo con nuestro pecado. APROVECHEMOS ESTA ÚLTIMA OPORTUNIDAD: NO VOLVAMOS A PECAR!
Ayudemos a Cristo a cargar su cruz cargando nuestra propia cruz. Si no cargamos con nuestra cruz no podemos ser dignos de entrar al reino de los cielos. Si tuviéramos que usar la cruz para cruzar un abismo. ¿Cuántos tendrían su cruz para cruzar? CARGUEMOS NUESTRA CRUZ,
Consolemos a Cristo limpiando nuestros pecados y manteniéndonos limpios para siempre. Seamos verdaderamente santos. La santidad es vivir conforme Cristo nos dejó bien explicado en cada una de sus enseñanzas. Amemos a Dios por sobre todas las cosas y amémonos los unos a los otros. Seamos verdaderos hermanos en Cristo.
No aflijamos más a nuestra Santa Madre que sufre por nuestros corazones de piedra o de hielo. Dejemos que la llama de amor de Dios arda en nuestro corazón para siempre, En todo momento.
No le des la espalda a Cristo. Jesús Agonizante quiere que lo consueles, que le quites tus pecados, que ya no los cometas más. Dale la mano a Cristo y dile Señor aquí estoy dispuesto a cargar con valentía mi cruz.
Tengamos piedad de nuestro redentor: NO EXHIBAMOS más nuestro cuerpo semidesnudo, no mostremos más el cuerpo desnudo de Cristo, terminemos ya con esa burla a nuestro salvador: mujeres no usemos ropa corta ni descotada que muestre el cuerpo desnudo de Cristo. Cubramos nuestro cuerpo.
NO SIGAMOS CRUCIFICANDO a Cristo nuestro Salvador. YA NO PEQUEMOS MÁS.
ALTO TOTAL AL PECADO.
TENGAMOS PIEDAD DE JESUCRISTO QUE MURIÓ POR SALVARNOS. NO PEQUEMOS MÁS. PIEDAD, PIEDAD, PIEDAD.
TENGAMOS PIEDAD DE NUESTRA MADRE QUE SUFRIÓ EL MAYOR DE LOS DOLORES. NINGUNA MUJER HA SENTIDO EL DOLOR QUE ELLA VIVIÓ, EL PEOR DE TODOS: VER MORIR A SU HIJO EN LA CRUZ.
Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (Rosario de la Virgen de los Dolores)
CRISTO TE ESPERA AÚN,
VUELVE A ÉL QUE TE AMA.
REGRESA AL SEÑOR TU DIOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario