Desde los tiempos antiguos hemos sido infieles a la alianza que Dios ha hecho con nosotros y por eso nuestros ancestros fueron maldecidos. Esas maldiciones son las que han provocado todos los males que han entrado en nuestras casas y en nuestras vidas. Nosotros mismos hemos permitido que los males se apoderen de nuestras vidas y se extiendan en la humanidad. Lo primero que tenemos que hacer es pedir Perdón a Dios por los errores de nuestros ancestros con la siguiente oración que Jesucristo Agonizante nos dio por medio de Bernabé Nwoye, además de cumplir los mandamientos del Señor.
ORACIÓN PARA LA LIBERACIÓN DE MALDICIONES ANCESTRALES
(8 de julio de 1998)
¡Padre Eterno, Tú eres el Único Dios inmortal, Dios que es Amor, Misericordia y Bondad! Mira a Tu Unigénito Hijo, Jesucristo, hecho Hombre y Ten misericordia. Yo te ofrezco los dolores de Su flagelación en la columna, Sus Llagas y Su Sangre por todo Tu pueblo que está bajo el peso de la maldición debido al pecado de sus ancestros y su desobediencia al romper la Alianza que hicieron Contigo.
Libéranos a través de la flagelación de Tu Hijo. Sánanos a través de Sus Llagas y sálvanos a través de Su Sangre Preciosa.
Sangre Preciosa de Jesucristo, libéranos de la maldición.
Sangre Preciosa de Jesucristo, sana nuestras heridas.
¡Por tu Flagelación, séllanos! Amén.
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