Octubre está dedicado al Rosario y a las Misiones porque en este mes los cristianos obtuvieron la victoria en la Batalla de Lepanto previo rezo del Santo Rosario por el ejército cristiano que combatió contra un ejército numeroso.
La Gloriosa Batalla de Lepanto - 7 de octubre de 1571 En el 2011, la cristiandad celebra el 440 aniversario de la gloriosa victoria en Lepanto. ¡Viva Don Juan de Austria! ¡Viva la Cristiandad! El gran Miguel de Cervantes Saavedra peleó valerosamente en Lepanto por la cristiandad, protegida por la intercesión de Nuestra Señora del Santísimo Rosario. La expansión musulmana no se frenó con la toma de Constantinopla en 1453. Bayaceto II convirtió la flota otomana en una elemento decisivo en la política mediterránea, amenazando las rutas comerciales que enlazaban el mundo cristiano con el oriental. Suleiman El Magnífico tomó la gran fortaleza de Belgrado y expulsó a los caballeros de San Juan de la plaza fuerte de Rodas. En 1526 aplastó a los húngaros, con lo que dejaba el camino franco hacia el corazón de Europa, siendo expulsado de Viena tras un largo asedio. Por mar, asentó el dominio musulmán tomando las plazas de Argel y Trípoli. En 1570 el virrey de Argel se apodera de Túnez y Selim II toma Chipre, lo que provocará la reacción cristiana ante el riesgo de invasión. Bajo el patrocinio del Papa Pío V, España, la república de Venecia y los Estados Pontificios forman la Liga Santa, reuniendo un total de 80.000 hombres y más de doscientas embarcaciones de guerra, congregadas en Messina bajo el mando de don Juan de Austria. El 15 de septiembre de 1571 la flota partió del puerto siciliano, dirigiéndose a la isla de Cefalonia tras recibir la noticia de que en el golfo de Lepanto se había reunido la flota turca, compuesta por unas 270 naves. Al amanecer del 7 de octubre de 1571 la flota cristiana avistó a la turca y don Juan dispuso sus naves en formación de combate. En el flanco derecho se situaron las naves venecianas bajo el mando de Andrea Barbárigo; en el izquierdo, la flota papal capitaneada por Andrea Doria, mientras que en el centro quedó el grueso de la flota con Don Juan de Austria al frente. En la retaguardia queda Santa Cruz. Los turcos inicialmente se dispusieron en forma de media luna, separándose rápidamente en tres secciones: en el centro la flota de Alí Pashá; Mohamed Siroco en la derecha turca y Ulach Alí en el flanco izquierdo. Don Juan abre la batalla disparando sus cañones contra las naves de Alí Pashá, cayendo rápidamente al menos siete galeras turcas. Los turcos responden haciendo avanzar su flanco central contra las naves de don Juan, produciéndose una encarnizada batalla. Tomada la nave capitana el centro musulmán se rompió y batió en retirada. El flanco derecho turco, por su parte, navegó cercano a las rocas para desbordar a las galeras venecianas de Barbárigo. Este fue rodeado por ocho galeras enemigas y su buque insignia fue tomado. La ayuda de la retaguardia cristiana provocó la derrota de Siroco y la huída del resto de su flota. La línea izquierda turca realizó una maniobra similar, intentando rodear las naves de Andrea Doria y tomar su popa. No pudo hacerlo, atacando sin embargo el grueso de la flota de Doria y abriendo en ella un hueco que le permitió llegar al corazón de la flota cristiana. Desde la retaguardia, Santa Cruz acude en ayuda de la nave Capitana de los caballeros de San Juan, obligando a Uluch Alí a abandonarla. Entre tanto, las naves de Andrea Doria, duramente castigadas, resistieron hasta que acudió en su ayuda don Juan, tras haber asegurado el centro cristiano. Tras más de cuatro horas de batalla la victoria se decantó del lado cristiano, a pesar de haber perdido 17 galeras y 8.000 hombres. Las pérdidas turcas fueron más cuantiosas, siendo capturada la mayor parte de su flota y contándose al menos 25.000 muertos. Con esta derrota, el control turco sobre el Mediterráneo sufrió una grave merma y acabó con el mito de la invencibilidad naval musulmana.
Un pueblo que está con Dios, que siempre vuelve los ojos a Dios siempre cuenta con la ayuda y la protección del Creador. Hoy la historia solo nos confirma que todas las guerras y los males que vivimos son producto de nuestra DESOBEDIENCIA Y ALEJAMIENTO DE DIOS ES EL ÚLTIMO MOMENTO QUE TENEMOS PARA VOLVER A DIOS: ESCUCHA A DIOS Y OBEDECE SUS MANDAMIENTOS. No existe un “hubiera…” ni tampoco un “mañana…” como San Agustín fue postergando su inicio al conocimiento de la VERDAD (Dios mismo, La Palabra de Dios, El Verbo Encarnado: Jesús) Estamos en el punto donde HOY es el último momento que tenemos para creer en Dios y la forma de conocerlo es leer su Sagrada Palabra, reflexionar los mensajes que Dios nos quiere dar, identificar el mensaje directo para nosotros ¿qué quiere Él para mí hoy? y realizar su mandato. El momento es HOY porque hay una enorme crisis de FE, mañana podría ya estar todo perdido si no reaccionamos HOY. No dejemos morir la FE. Dios existe y por que está con nosotros como ÉL prometió estarlo hasta el final de los tiempos, no estamos peor, aun cometiendo tantos pecados, pecando con flojera en leer la Biblia, aún así es inmensamente Misericordioso con su pueblo porque nos ama, aprendamos a amarlo como tantos santos nos lo han mostrado. AMEMOS A DIOS DESDE NUESTRO CORAZÓN, con nuestras acciones y ofreciéndole nuestros sufrimientos. Pongámonos la Armadura de Dios (Efesios 6) para librarnos de las flechas venenosas del maligno y poder ver las cosas que vienen de Dios y tener la fortaleza de hacer lo que Él nos pide.
Pídele a Santa Teresita te guíe en este camino y toma la misión que Cristo te confiere de EVANGELIZAR.
En este mes el día 19 se dedica a las Misiones y Teresita del Niño Jesús o Santa Teresa de Liusieux fue Proclamada "Doctora de la Iglesia" por el Papa Juan Pablo II el 19 de Octubre de 1997 (Día de las misiones) y es la Patrona de las Misiones.
Pide las rosas de Santa Teresita para que aprendamos a amar de gran manera a Dios e invoquemos la ayuda de Santa María a quién esta santa toma como Madre pero no solo de palabra sino de vida, de ejemplo, de fortaleza; y ella se convierte en su verdadera hija. Aprendamos entonces a ser verdaderas hijas de María siguiendo el modelo de esta santa.
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