Educada en la fe cristiana se consagra a Dios y fue delatada como cristiana ante el pro-consul Pascasio. El juez la presionó para convencerla de renunciar a la fe cristiana. Ninguna amenaza funcionó para hacerla desistir de su fe. Como no pudieron llevar a cabo la sentencia pues Dios impidió que los guardias pudiesen mover a la joven del sitio en que se hallaba. Entonces, los guardias trataron de quemarla en la hoguera, pero también fracasaron. Finalmente, la decapitaron. Pero aún con la garganta cortada, la joven siguió exhortando a los fieles para que antepusieran los deberes con Dios a los de las criaturas. Es invocada contra las enfermedades de los ojos.
Santa Lucía ¡que ciegos estamos!. Intercede por nosotros para que veamos el valor de la entrega total sin contar el sufrimiento. Que, como tú, estemos siempre atentos a las luces del Espíritu Santo.
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