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jueves, 4 de junio de 2015

San Antonio de Padua

Fiesta: 13 de junio
Fraile franciscano, Doctor de la Iglesia
(1195-1231)
León XIII lo llamó "el santo de todo el mundo", porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes. Fue llamado "Doctor Evangélico" porque escribió sermones para todas las fiestas del año. San Antonio decía que "El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree". "Era poderoso en obras y en palabras. Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo" practicaba y vivía de acuerdo a las leyes de Dios, su vida es un ejemplo de santidad profunda.

Es considerado Patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a.  Es verdaderamente extraordinaria su intercesión.

San Antonio nació en Portugal, fue llamado Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores. A los diecisiete años fue trasladado al priorato de Coimbra, por entonces capital de Portugal, a fin de evitar las distracciones que le causaban las constantes visitas de sus amistades. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento y desde niño se había consagrado a la Stma. Virgen y a Ella encomendaba su pureza. Se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. En 1220, se sintió profundamente conmovido por las reliquias de los santos frailes-franciscanos y nació en lo íntimo de su corazón el anhelo de dar la vida por Cristo. En 1221, logró ser admitido en la orden Franciscana

Al celebrarse una ordenación en Forli, nadie había preparado la acostumbrada alocución para la ceremonia y se ordenó a San Antonio que fuese a hablar y que dijese lo que el Espíritu Santo le inspirara. Todos los presentes le escucharon como arrobados, embargados por la emoción y por el asombro, a causa de la elocuencia, el fervor y la sabiduría de que hizo gala el orador. El ministro provincial tuvo noticias sobre su talento, lo mandó llamar y lo envió a predicar a varias partes de la Romagna, donde obtuvo resonantes éxitos en la conversión de los herejes, que abundaban en el norte de Italia. Además de la misión de predicador, se le dio el cargo de lector en teología. Poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos. Se afirmaba que estaba dotado con el poder de obrar milagros, poseía una personalidad extraordinariamente atractiva, casi magnética. A veces, bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies; parecía que de su persona irradiaba la santidad. La gente le seguía para escucharle, incluyendo criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, logrando que pidiesen confesión. Sus sermones eran oídos por enormes auditorios y, para que nadie dejara de oírle, a menudo predicaba en las plazas públicas y en los mercados.

El Papa, Gregorio IX, le llamó "el Arca de los Testamentos", por los extraordinarios conocimientos que tenía de las Sagradas Escrituras y a solicitud de Antonio le otorgó la autorización para dedicarse exclusivamente a la predicación. En una ocasión, cuando los herejes de Rímini le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: "Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar". A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió a la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.

En 1231, la salud de San Antonio lo retiró a descansar, a los bosques de Camposampiero. Se dio cuenta de que sus días estaban contados y pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: "Veo venir a Nuestro Señor" y murió. Era el 13 de junio de 1231. La gente recorría las calles diciendo: "¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!.Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad.

Se le llama el "Milagroso San Antonio" por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

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