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miércoles, 6 de febrero de 2013

Presentación del Señor

 

CANDELARIA

2 de febrero

Fiesta en que se conmemora la presentación de Nuestro Redentor en el templo.

Lucas 2, 22-40. Fiesta de la Presentación del Señor. Cristo es de verdad nuestra LUZ, nuestra vida y resurrección, nuestra paz y fortaleza, nuestro triunfo y nuestra esperanza cierta.

“Cuando se cumplieron los días de la purificación de María, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.» Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”.

Simeón y la profetisa Ana. Por inspiración divina, reconocen en aquel Niño al Mesías anunciado por los profetas, como la Luz que ha brillado en las tinieblas para alumbrar a las naciones.

El Niño Jesús no necesitaba ser ofrecido a Dios, porque Él es Dios desde el instante mismo de su encarnación y desde la eternidad. Sin embargo ofrece al Padre el acto de su filial obediencia y humildad presentándose a Él en el templo a los pocos días de su nacimiento.

En la Roma pagana, al inicio de nuestra era cristiana, entre el 23 y el 24 de diciembre se celebraba una fiesta muy sonada, con ocasión del solsticio de invierno: el nacimiento del "nuevo sol" y se festejaba así al dios Saturno. El cristianismo tomó entonces esta fiesta y este simbolismo y lo aplicó al nacimiento de Jesucristo, el auténtico "Sol nuevo", el único Dios verdadero.

Cristo mismo se autoproclama la "luz del mundo" porque Él es el único capaz de disipar todas las tinieblas del mundo y de nuestro corazón. Es nuestra LUZ, nuestra vida y resurrección, nuestra paz y fortaleza, nuestro triunfo y nuestra esperanza cierta.

Propósito para realizar durante el mes de febrero.

1. Rezar el CREDO todos los días.

2. Rezar el rosario del Divino Niño Jesús para que por los méritos de su infancia ilumine con su luz nuestra vida, nos guíe por el camino que nos conduce Padre y así poder gozar de su compañía en la eternidad.

3. Educar a tus hijos para que vayan creciendo fortalecidos en Dios a imitación de Jesús.

4. Enseña a tus hijos el Rosario del Niño Jesús y lo hagan diario durante el año.

5. Diario lee la Biblia con tu hijo

6. Haz crecer tú FE y la de tu familia en aquel que nos da la vida.

7. Haz tu mayor esfuerzo para que tú y tu familia no estén en pecado.

8. Poner a los niños a hacer el rosario Mariano pues ella reveló en uno de sus mensajes: “Los padres, deberán enseñar a los hijos e hijas a rezar. Durante las horas de oscuridad las oraciones de los niños serán milagrosas” y pide especialmente que hagan el Rosario que hicieron los videntes de Fátima, que eran niños y cambiaron sus juegos por la oración.

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