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martes, 30 de diciembre de 2014

Navidad

La Navidad: “falso revestimiento empalagoso”

-Papa Francisco.

Dice el Papa Francisco que le estamos imponiendo a la Navidad un falso revestimiento empalagoso que no le pertenece. Ciertamente la humanidad nos hemos desviado de la verdadera práctica navideña: creer en el nacimiento de Dios que vino a redimirnos.

Contrariamente a lo que exige la “Natividad del Señor” caemos en una celebración pagana plagada de un alto consumismo; donde las pachangas consistentes en grandes comilonas, borracheras e intercambios de regalos pareciera que gritaran: Jesús, no me importa tu nacimiento…que bueno que naciste, que te atienda María y la Iglesia, yo… solo quiero DIVERTIRME, no aburrirme. Y alguien más podría decir: si naciste y eres Dios porque hay guerras, odios, muertes ¡Qué ironía no reconocer que la maldad existe porque nosotros somos quienes le abrimos la puerta de par en par! Si no cumplimos los mandamientos, sino vivimos la Sagrada Palabra de Dios ¿Cómo reclamamos paz?

En esta navidad el Papá nos recuerda San “Esteban con su martirio honra la venida al mundo del Rey de reyes, da testimonio de Él, y ofrece como don su misma vida, en el servicio a los más necesitados”. Esta es una clara muestra de cómo vivir en plenitud el misterio de la Navidad. Jesús había dicho a sus apóstoles: Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará’.

En toda “prueba aceptada a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida”. San Esteban fue martirizado y alcanzó la vida eterna. En cambio nosotros desde que inicia el año nos vamos preparando para la fiesta pagana (no para la natividad de Dios); hacemos planes, decimos que daremos para la pachanga pero dejando fuera al celebrado, al cumpleañero: JÉSUS. Nos desvivimos por divertirnos en el reventón, por “VIVIR” la vida; cuando solo estamos “viviendo para MORIR” rechazando con nuestro paganismo la VIDA ETERNA que Dios nos ofrece.

Si SOY CATÓLICO (a), no puedo ser PAGANO.

Siendo católico me preparo durante el tiempo de adviento para recibir con amor la fiesta del Nacimiento de mi Salvador. “Para acoger verdaderamente a Jesús en nuestra existencia y prolongar la alegría de la Nochebuena, el camino es … testimoniar a Jesús en la humildad, en el servicio silencioso, sin miedo a ir contracorriente y pagar en persona. ..y ser coherente, en cada circunstancia, con la fe que profesa”. “…vivir como cristianos.

Y no decir soy cristiano y vivir como pagano. La coherencia es una gracia que hay que pedir hoy.”

“Seguir el Evangelio es un camino exigente – pero ¡bello, bellísimo! -  el que lo recorre con fidelidad y valentía recibe el don prometido por el Señor a los hombres y a las mujeres de buena voluntad: ¡paz, paz!”

“…oremos, por cuantos son discriminados, perseguidos y asesinados por su testimonio de Cristo… si llevan esta cruz con amor, han entrado en el misterio de la Navidad, han entrado en el corazón de Cristo y de la Iglesia.” Hagamos todos los esfuerzos por detener la violencia “que ya ha causado demasiado daño”.

NATIVIDAD DE JESÚS, EL NIÑO-SOL, LA LUZ QUE ILUMINA A LAS NACIONES.

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La liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría”.-Francisco

Dios vino a nacer entre nosotros en una noche fría, oscura y solitaria. En un humilde pesebre de una cueva, carente de lo más necesario para su nacimiento. Dios quiso enseñarnos que en la sencillez y la humildad Él siempre está presente, que no necesitamos tantas cosas materiales, que lo más importante que necesitamos para “vivir” es tenerlo a Él. Con su alumbramiento, disipó nuestras tinieblas, nos iluminó para guiar nuestras vidas, nos ofreció su calor, su luz, su amor y nos dio la alegría, la felicidad, el gozo al acogerlo en nuestro corazón. Cuando dejamos a Dios resplandecer en nuestros corazones y actuamos como Él nos dejó dicho, podemos experimentar ese goce en Dios y sentir esa libertad que nos regaló.

Dice el Santo Padre “Cuando rezo, Dios respira en mi”. Dejemos que Dios respire en nosotros, que palpite en nuestros corazones, que mire por nuestros ojos, que hable en nuestra lengua, que piense en nuestro cerebro. Entonces, disfrutaremos de la verdadera felicidad. Si queremos ser felices y libres para gozar de la paz esforcémonos por vivir la Sagrada Palabra, por lo que hay que leer la Biblia y especialmente los libros de Eclesiatés, Proverbios y Sabiduría, donde encontraremos cómo ser con las personas, como actuar con sabiduría de Dios y nos muestran las sentencias para quienes no actúan conforme a la voluntad de Dios.

Dejemos que la Palabra de Dios nos llegue al corazón como a San Agustín, que habiendo llevado una vida pagana, escuchó el llamado del Señor al leer en la Biblia: Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz. Comportémonos como en pleno día, con dignidad: nada de comilonas y borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de rivalidades y envidias. Revístanse, más bien, del Señor Jesucristo y no se preocupen por satisfacer los deseos de la carne. Rom 13, 11-14

Recordemos que “está escrito: "Juro que toda rodilla se doblará ante mí y toda lengua dará gloria a Dios", dice el Señor. Por lo tanto, cada uno de nosotros tendrá que rendir cuenta de sí mismo a Dios.” Romanos 14, 11-12 Y cada quién decide si da gloria a Dios o se pierde en el paganismo que proviene del enemigo. La decisión hoy es Santificar la fiesta de la Natividad y cumplir:

Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios:

1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas. (Entre ellas las de Navidad)
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.

Todos los Mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó.

Ciertamente como lo afirma el Papa:”…junto a las lágrimas del Niño Jesús están las lágrimas de  los niños víctimas del aborto y de las guerras, cuyo silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes”. Esta grave falta al 5º mandamiento son lamentos en el cielo. Regalemos al Niño Dios nuestra defensa a la vida y no participemos en “matar inocentes”. !NO AL ABORTO!

DEJEMOS QUE DIOS NAZCA CADA DÍA DE NAVIDAD EN NUESTROS CORAZONES Y PUEDA RESPLANDECER EN NUESTROS ACTOS, ASOMARSE EN NUESTRA MIRADA, HABLAR CON NUESTRA LENGUA CON SU DULZURA, ESCUCHAR LA VOZ DE NUESTRO PADRE CREADOR Y CUMPLIR SU VOLUNTAD. APRENDAMOS A SER SENCILLOS Y HUMILDES PARA GOZAR LA ALEGRÍA DE DIOS. RECIBAMOS A DIOS EN NUESTRO CORAZÓN ESTA NAVIDAD PARA MANTENERLO DURANTE EL 2015 Y RENOVARLO LA PRÓXIMA NAVIDAD.

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