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sábado, 4 de abril de 2015

Misericordia, Señor!

He pecado, misericordia Señor!

DivinaMisericordia

En nuestra vida hemos pecado muchas veces, tantas que ni recordamos cuantas veces. Y no reconocemos algunos como pecados. Lo importante es conocer a Dios, leer su Sagrada Palabra para saber cómo debo ser un buen hijo de la Luz y tener presente qué me condena al pecado. Al leer los Evangelios de  Mateo, Marcos, Lucas y Juan, podemos conocer a Jesús, desde su nacimiento hasta su muerte. Su vida es el ejemplo que debemos seguir. Mateo en los capítulos 5, 6 y 7 nos presenta el Sermón de la Montaña en el cuál, Jesús nos deja bien explicado cómo debemos ser, cómo cumplir los mandamientos y cómo hemos de alcanzar el reino de Dios.

Haciendo la lectura nos vamos dando cuenta en qué hemos fallado y en qué hemos pecado. Hagamos un examen a conciencia de nuestros actos, aceptemos que hemos pecado, tengamos verdadero arrepentimiento e imploremos el perdón y la misericordia de Dios para nuestras almas.

Creer en Dios no es solo ir a Misa por ir. Es cargar nuestra cruz con amor y seguir a Cristo. Especialmente durante la cuaresma para prepararnos a “vivir un memorial” de la pasión de Cristo, iniciándola con la cruz de ceniza. Caminar esos cuarenta días apartándonos del pecado, purificándonos e implorando la Misericordia de Dios.

El domingo de Ramos recordamos la entrada de Jesús a Jerusalén y al hacer memorial permitimos que Cristo entre en nuestras vidas para ser dueño de nuestra voluntad. Las ramas nos recuerdan la alegría de la entrada de Cristo, así nosotros debemos vivir la alegría de que durante los cuarenta días de la cuaresma nos fuimos limpiando del pecado, para abrirle las puertas de nuestro corazón a Jesús.

El miércoles Santo, se bendicen los Santos óleos y se participa de la Misa de los enfermos.  Por la tarde del Jueves Santo participamos de la Misa de la Cena del Señor y lavatorio de pies. Cristo nos mostró que para ser digno de ir al Padre hay que bajarse a ser humildemente el más servicial. Si vivimos un memorial debimos quedarnos al terminar esta misa,  a adorar al Sacratísimo Cuerpo de Cristo acompañándolo en el huerto de Getsemaní con la oración de consolación y adoración , implorándole perdón por nuestros pecados que lo llevaron a cargar tan pesada cruz y dar la vida por salvarnos. Este acompañamiento debe ser hasta las Tres de la madrugada del Viernes Santo, hora en que Judas Iscariote entrega a Jesús a los romanos. Continuando el memorial, si la parroquia está abierta toda la noche nos seguimos adorando al Señor, si la parroquia se cierra pues nos vamos a casa para regresar a vivir el Viacrucis de Jesús y vamos sintiendo lo que Él debió sentir, o por lo menos intentar sentir sus dolores y tener misericordia de Jesús como Él mismo nos lo pide en el Devocionario de la Sangre de Cristo: …”tengan misericordia de Mí, acompáñenme en Getsemaní, consuélenme”, De las Doce del día hasta las Tres de la Tarde, Hora del Sello de la Sangre de Cristo, debemos, si lo amamos, si tenemos misericordia de Él, estar ahí en la iglesia, frente a su Cruz, orando, implorando perdón y misericordia por esas tres horas que soportó colgado en la cruz por mi salvación, A las tres de la tarde hacer el rosario de la Divina Misericordia para implorar perdón por nuestros pecados de manera incansable. Cristo soportó Tres horas colgado, nosotros…¿podríamos soportar Tres horas de oración, tres horas de pedir perdón?

Si no vivimos este memorial es porque quizá creemos que cuando se muere un hijo, un padre, el conyugue o algún familiar o conocido es cuando se está 24 horas ahí velando al difunto y haciendo el rosario, y cuando cumple un año de muerto, dos  o tres ahí también si nos desvelamos, pero con Cristo que murió por salvarnos, ¿ no debemos? ¿porque Él murió hace miles de años? Nooo! Cristo murió por tí, por mí, por todos, merece que estemos ahí acompañándolo desde la Misa de la Cena hasta las cuatro de la tarde del siguiente día y después de esas horas nos toca estar  consolando a Nuestra Madre aría adolorida, pedirle perdón por haber crucificado a su Hijo con nuestros pecados, acompañarla en la Procesión del Silencio desde el oficio Vespertino, al siguiente día ir a la iglesia a consolarla y seguir pidiéndole perdón, hacer el Rosario de los Siete Dolores de María (Rosario de las Lágrimas de María,

El Sábado de Gloria ir a la Misa llevar nuestro Cirio Pascual, no velas, y agua para bendecir, En las profecías de Fátima nos indica María tener esas dos cosas para los Tres Días de la Gran Tribulación; renovar nuestras promesas bautismales para este año. Sino hacemos esto es como decirle a Cristo que este próximo año no queremos recibir su Gracias.

Si no hemos vivido la Semana Santa, los siete días de manera santa y nos hemos ido de vacaciones a la playa, al río, a convivir con familiares, etc. es porque no amamos suficiente a Cristo entonces…IMPLOREMOS SU MISERICORDIA por dejarlo solo en su Pasión, muerte y resurrección-

MISERICORDIA, SEÑOR, MISERICORDIA, HEMOS PECADO!.

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