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viernes, 2 de agosto de 2013

INVITACIÓN: ORAR POR LOS SACERDOTES

 

INVITACIÓN

a orar por nuestros  los sacerdotes

Al inicio del año sacerdotal, el sacerdote de la parroquia de mi colonia nos invitó a tomar una papelito de una canastita, el cuál tenía escrito el nombre de un sacerdote y nos invitó a orar por el sacerdote que decía el papelito. Entonces se me ocurrió pedirle a San Juan Vianney por nuestros sacerdotes. Ahora les invito a unirnos en oración por los sacerdotes del mundo, de nuestra patria, diócesis y parroquia haciendo esta oración y otras que he escrito recientemente para consagrarlos al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María y ponerles la Armadura de Dios para que puedan resistir a los ataques del enemigo como los resistió este Santo Cura. Recordemos que el demonio quiere desprestigiar nuestra Iglesia al desprestigiar a nuestros sacerdotes por eso debemos unirnos siempre en oración. Es por nuestra Iglesia que es el Cuerpo de Cristo.

Unámonos en oración este 4 de agosto a las 8:00 pm

 Santo cura de Ars Juan María Vianney
Patrón de los sacerdotes, ejemplo de humildad, caridad y gran amor a Dios.

Te pedimos intercedas ante Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y ante nuestra Sagrada Madre María para que nos den sacerdotes santos que llenos de:

Sabiduría juzguen las cosas humanas según la medida y a la luz de Dios.

Inteligencia comprendan la Palabra de Dios y profundicen las verdades reveladas.

Ciencia para descubrir la infinita distancia que separa a las cosas del Creador, su intrínseca limitación.

Consejo sugiriéndole lo que es lícito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.

Fortaleza para permanecer coherentes con los propios principios; soportando ofensas y ataques injustos; en la perseverancia valiente, entre incomprensiones y hostilidades, en el camino de la verdad y de la honradez.

Piedad para sanar sus corazones de todo tipo de dureza y abrirlo a la ternura para con Dios y para con los hermanos.

Temor a Dios como humilde reconocimiento de la infinita grandeza del Creador; para no disgustarlo orientando sus acciones a las cosas que agradan al Señor, evitando las tentaciones y el pecado, permanecer y crecer en la caridad.

Tu que contra muchos obstáculos y contradicciones tuviste que luchar y sufrir para llegar a ser el perfecto cura que fuiste, con tu espíritu de profunda fe que te sostuvo en todas estas batallas; queremos servir mejor a Dios. Por esto, obtén para el Papa y los sacerdotes de tu patria mexicana y del mundo entero más valor y especialmente una profunda fe. Ayúdalos a ser buenos sacerdotes como tú.
Tú, que siempre confiabas enteramente en el corazón de Dios, obtén para ellos, una confianza filial y profunda en su Providencia. Así como la esperanza de bienes divinos llene sus corazones, dales valor y ayúdalos a obedecer siempre los mandamientos de Dios.

Por causa de tu amor a Dios mostraste una gran caridad hacia tu prójimo. Así te sacrificaste a ti mismo por tu prójimo mediante el consuelo, la absolución y santificándoles hasta el límite de tus fuerzas. Que tu caridad nos inspire a nosotros, al Papa y sacerdotes a un mayor amor a Dios, un amor que se muestre más por los hechos que por las palabras. Ayúdanos a amar a nuestro prójimo con igual generosidad que como Cristo nos ama.

Tú fuiste tan inflexible contra el pecado, y sin embargo, tan amable y dispuesto a acoger al pecador. Acudimos a ti para que nos escuches como confidentes arrepentidos por las debilidades y acciones miserables y obtén para nosotros, para el Papa y sacerdotes el horror al pecado para que evitemos las ocasiones de pecar. Ayúdanos a romper con los malos hábitos y evitar las ocasiones peligrosas de pecar. Ayúdanos hoy a examinar nuestra conciencia y liberarnos del pecado, a reconocer la importancia de una buena confesión y confesarnos cada vez que cometamos pecado, a tener siempre arrepentimiento de nuestros pecados, para que así la gracia de la final perseverancia y también la santificación de las almas de nuestros sacerdotes sean aseguradas. Te pedimos también para ellos esta gracia.
Tu único consuelo en este mundo era la presencia real de Jesús en el tabernáculo, Tú negabas la comunión a las almas que se negaban a reformarse, pero a las almas de buena voluntad les abrías de par en par las puertas de la fiesta de la eucaristía. Tú, que cada día en la Santa Misa recibías la Santa Comunión con gran amor, danos algo de tu fervor. Libre de pecado mortal, obtén para nosotros un sincero deseo de beneficiarnos al recibir la Santa Comunión.

Los infames ataques del demonio que tuviste que sufrir y las pruebas que te desalentaban hasta la fatiga no te hicieron abandonar la sublime tarea de convertir las almas. Aunque el demonio iba contra ti, gracias a la mortificación y las oraciones Dios te ayudaba a ganar esas batallas. Poderoso protector, tu conoces bien el deseo del tentador por dañar nuestra alma bautizada y creyente. El quisiera vernos pecar rechazando los Santos Sacramentos y la vida de virtud. Buen santo de Ars ahuyenta de nosotros, del Papa y de todos los sacerdotes toda interferencia del enemigo.

Tú que fuiste considerado un “ ángel en un cuerpo mortal", que edificaste a tantos otros; la modestia y la exquisita pureza radiaban de tu cuerpo. Con ese encanto y con ese entusiasmo predicaste a otros acerca de esas bellas virtudes que tu decías se asemejaban al perfume de un viñedo en flor. Por favor te imploramos que unas tus súplicas a las de María Inmaculada y Santa Filomena para que siempre guardemos, tal y como Dios nos pide, la pureza de nuestros corazones, del Papa y de los sacerdotes. Tú, que has dirigido a tantas almas hacia las alturas de la virtud, defiéndenos en las tentaciones y obtén para nosotros la fortaleza para conquistarlas.
Siempre esperaste el descanso en la otra vida y lo has logrado, queremos seguirte y enséñanos a trabajar por la salvación de nuestras almas, a difundir la buena nueva, el buen ejemplo y a hacer el bien a los que nos rodean y así poder recibir la felicidad de los elegidos contigo.

Santo Cura de Ars, tenemos confianza en tu intercesión. Ruega por todos el Santo Papa y los sacerdotes para que cultiven las gracias que obtuviste de Dios por tu gran amor y obediencia a sus mandatos, que siendo tú su ejemplo, imiten tus cualidades y se santifiquen. Enséñales todas tus virtudes y todas aquellas que se requieren para que salven muchas almas para Dios y ganen muchas batallas contra el enemigo. Que el amor de Cristo, la dulzura y ternura de su voz se trasmita en las voces del Papa y los sacerdotes, Amén.

Jesucristo tu mismo dijiste que la mies es mucha y los obreros son pocos, que pidamos más obreros. En los mensajes que diste a Bernabé le pides que oremos por los sacerdotes y el Santo Papa; por eso confiados en tu amor te pedimos cubras con tu Sangre preciosa al Papa y a todos los sacerdotes, únelos como una fortaleza impenetrable por el enemigo, santifícalos y hazlos buenos pastores de tu pueblo, ayúdales a enfrentar todas las dificultades con tu sabiduría y que confiados en Ti caminen firmes para ganar la batalla contra el mal y venga tu reino. Apártalos de las tentaciones para que permanezcan fieles a Ti. No permitas que alguno de nosotros pelee contra el clero ni los critiquemos pues tu los elegiste y los pusiste donde los tienes, antes bien haznos obedientes a tu iglesia, no al maligno. Únenos a Ti y a tu Santísima Madre en la batalla contra el enemigo y las herejías. Danos fortaleza para orar diario por tu Santa Iglesia que es Tu Cuerpo y por el Papa hagamos el rosario para que se mantenga firme en su Fe y cumpla fielmente tu encargo. Amén.

Madonna

Consagración de los sacerdotes al Inmaculado Corazón de María

Madre Misericordiosa que siempre estas pendiente de tus hijos  en esta tierra, con inmenso amor acudo a tu llamado de orar por nuestros sacerdotes a quienes te consagro este día y para siempre, tómalos como Hijos Tuyos, igual que tomaste a Juan como hijo al pie de la cruz .

Enséñales la dulzura de tu tierno y amantísimo corazón; para que dirigiéndose con inmenso amor al prójimo puedan convertir muchos pecadores que habitamos en este mundo.

En sus lenguas pon palabras sabias y dulces, en sus corazones pon una llama de tu ardiente amor, en su mirada pon tu dulce ternura, en sus acciones pon el celo del santo sacerdote, que tenga una casta fidelidad a Dios, en sus pensamientos la alegría del evangelio y en la eternidad la unión en Dios. Amén.

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Consagración de los sacerdotes al Sagrado Corazón de Jesús

Sagrado Corazón de Jesús, yo humilde sierva tuya no tengo más deseo  que orar desde mi corazón, cumplir tus santos deseos y tu sagrada voluntad, suplicante te pido escuches mi oración:

Te consagro a los sacerdotes que Tú mismo elegiste para ser los pastores de Tu pueblo, tómalos como posesión Tuya y parte de Tu Ser, habita en sus corazones para que latan unidos al Tuyo; si en sus corazones hay frialdad o tibieza, hazlos ardiente como el Tuyo, si en sus corazones hay aflicciones dales Tu confianza, si en sus corazones hay desamor llénalos de Tu amor, en sus corazones frágiles o débiles pon Tu firmeza y fortaleza, y que así como fueron unidos tus pies en la cruz y por la sangre que manó de Tu pie derecho une fuertemente a todos los sacerdotes con el Papa para que caminen juntos en la humildad, la sencillez, la caridad y el amor al prójimo con tierna dulzura para que puedan cumplir fielmente la misión de ir a evangelizar a tu pueblo tal como lo ordenaste a los apóstoles guiados por Ti a través de San Pedro, en quien edificaste Tu Iglesia e hiciste Primer Papa; ponles Tu armadura. Cubre sus cabezas con el yelmo de la salvación, ponles un corazón semejante al Tuyo, cíñelos con el cinto de la verdad, calza sus pies con el apresto del evangelio de paz, dales la coraza de justicia, el escudo de la fe y la espada del Espíritu para que apaguen todos los dardos de fuego con que los ataca el maligno.

Si tomas como tuyos a todos los sacerdotes y les pones tu armadura se santificarán, Tu pueblo se convertirá y seguirá a María, Tu misericordiosa Madre, quien con maternal acompañamiento nos conducirá a Ti y entraremos a Tu reino. Amén.

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Consagración al Inmaculado Corazón de María, Madre de todos. 

Yo, humilde sierva Tuya, con el corazón desbordante de alegría porque en el momento más doloroso de tu vida cuando perdías a Tu Hijo amado al pie de la Cruz por nuestros pecados, nuevamente dijiste Sí y aceptaste ahora la solicitud de Tu Hijo de tomarnos como Hijos Tuyos; me consagro servicial y amorosamente a tu Inmaculado Corazón, porque quiero así hacerlo por libre voluntad, porque creo en Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y porque creo en Ti que eres Madre de Dios Hijo y Madre Nuestra, por amor de Jesús a nosotros que nos ama como hermanos. Me consagro con corazón sincero y te entrego mi voluntad para que guíes mis pasos y mis acciones, para que seas dueña absoluta de todo mi ser y hagas de mí lo que sea necesario para Gloria de Dios. Te consagro mi vida entera, a mi familia y a toda mi descendencia para que dispongas de ella a tu servicio. Te consagro a mi Patria y al mundo entero y te pido que ofrezcas a Tu Hijo todas mis oraciones, sacrificios y ayunos por la conversión de los pecadores que tanto ofenden a Tu Inmaculado Corazón y que siguen flagelando y crucificando a Cristo nuestro Redentor.

Yo prometo ser siempre fiel a tus deseos y solo te pido fortaleza para no caer ante las dificultades y ayudarte en la batalla contra el maligno y todos sus agentes  por medio del santo Rosario. Amén

Preces por los sacerdotes

A nuestro Santísimo Padre el Papa,

-Dale Señor tu corazón de buen pastor

A los sucesores de los apóstoles

-Dales Señor solicitud paternal, por sus sacerdotes.

A los obispos puestos por el Espíritu Santo

-Compromételos con sus ovejas Señor.

A los párrocos

-Enséñales a servir y no a ser servidos, Señor.

A los confesores y directores espirituales

-Hazlos Señor, instrumentos dóciles de tu espíritu.

A los que anuncian tu palabra

-Que comuniquen espíritu y vida Señor.

A los asistentes de apostolado seglar

-Que los impulsen con tu testimonio Señor.

A los que trabajan por la juventud

-Que la comprometan contigo Señor.

A los trabajan entre los pobres

-Haz que te vean y te sirvan en ellos Señor.

A los que atienden a los enfermos

-Que les enseñen el valor del sufrimiento, Señor.

A los sacerdotes pobres

-Socórrelos Señor

A los sacerdotes enfermos

-Sánalos Señor

A los sacerdotes ancianos

-Dales alegre enseñanza Señor.

A los tristes y afligidos

-Consuélalos Señor.

A los sacerdotes turbados

-Dales tu paz Señor.

 

A los sacerdotes que están en crisis

-Muéstrales tu camino Señor.

A los calumniados y perseguidos

-Defiende su casa, Señor.

A los sacerdotes tibios

-Inflámalos Señor.

A los sacerdotes desalentados

-Reanímalos Señor

A los sacerdotes caídos

-Levántalos Señor.

A los que han dejado el ministerio sacerdotal

-Perdónalos y que sigan my unidos a ti Señor

A los sacerdotes difuntos

-Dales el eterno descanso en tu reino, Señor.

A los que aspiran el sacerdocio

-Dales la perseverancia Señor

A todos los sacerdotes

-Dales fidelidad a ti y a tu iglesia Señor.

A todos los sacerdotes

Dales obediencia y amor al Papa, Señor.

A todos los sacerdotes

Que vivan en comunión con su Obispo, Señor.

Que todos los sacerdotes

-Sean uno como tu y el Padre, Señor.

Que todos los sacerdotes

Promuevan la justicia con que eres justo, Señor.

Que todos los sacerdotes

Colaboren en la unidad del presbiterio, Señor.

Que todos los sacerdotes llenos de Ti

-Vivan con alegría en el celibato, Señor.

A todos los sacerdotes

-Dales la plenitud de tu espíritu y transfórmalos en ti, Señor

Todos:

De manera especial te ruego por aquellos sacerdotes por quienes he recibido tus gracias: el sacerdote que me bautizó, los que han absuelto mis pecados reconciliándome contigo y con tu iglesia. Aquellos en cuyas misas he participado y que me han dado tu cuerpo en alimento. Los que me han transmitido tu palabra y los que me han ayudado y conducido hacia Ti

Oración:

Divino corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria de tu Padre, te rogamos por todos los sacerdotes. Señor por tu Espíritu Santo llénalos de fe, de celo y de amor. Así sea.

Fórmula breve:

A los sacerdotes transfórmalos en Ti Señor. Que el Espíritu Santo los posea. Y que por ellos renueve la faz de la tierra.

Por las vocaciones:

Oh, Jesús, pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu gray amada.

Señor, gemimos en la orfandad, danos vocaciones, danos sacerdotes y religiosos santos.

Te lo pedimos por la intercesión de Santa María de Guadalupe, tu dulce y Santa Madre.

Oh, Señor, danos sacerdotes religiosos, según tu corazón. Amen.

Jesús dijo: “La mies es mucha y los obreros pocos, rueguen al dueño de la mies que envíe obreros a su campo…”

-Te rogamos Señor mándanos sacerdotes santos

AMEN

Orar por los sacerdotes, es responder al llamado apremiante del Señor y a una necesidad urgente de la iglesia. Unámonos en oración para que el Señor nos conceda muchas vocaciones sacerdotales y religiosas.

 

En 1997Jesús pide a Bernabé orar por los sacerdotes: “…reza siempre el santo rosario, tal como mi Madre te lo ha ordenado, inmediatamente después reza el Santo Rosario de Mi Sangre Preciosa. Debes hacer esto porque la hora de la salvación es corta” Hagamos oración como Él nos lo pide y seamos obedientes a sus deseos, que son órdenes para nosotros: “Orar por los sacerdotes, obedecer a la Iglesia, no al maligno. Cualquiera que trate de destruir la Iglesia está contra ella. La Iglesia es Mi Cuerpo. Les ruego que no peleen contra mi clero. Más bien, oren por ellos. Yo soy Quién los escogió y los puso donde están.” (2000)En la iglesia el sacerdote es el enviado de Jesús para evangelizarnos, es su representante y debemos obedecerle. Los grupos que sirven en cada iglesia hay que unirse al sacerdote y apoyarlo en las actividades que él organice para el bien de la iglesia y del pueblo, no ir contra él, más bien, obedecerle como Jesús nos manda. Si vamos contra un sacerdote estamos en contra de Jesús mismo.

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