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viernes, 26 de julio de 2013

Armadura de Dios

Para  suplicar a Dios su protección ante cualquier ataque que venga del mal, Él por su infinita misericordia nos da en la Sagrada Escritura muchos salmos con los que podemos invocar su ayuda. He aquí un salmo y la armadura de Dios que juntos hechos diariamente nos dan protección desde el cielo. Solo cántale con el corazón el salmo al Señor y ponte la Armadura de Dios. Puedes hacer estas oraciones en la mañana y en la noche.

Salmo 91

El que habita al abrigo del Altísimo y mora bajo la sombra del Omnipotente. Diré al Señor: mi amparo, mí refugio; mi Dios, en quien pongo toda mi confianza. Él te librará del lazo del cazador, y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas, y hallarás bajo de sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil a tu derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura. Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al impío. Pero tú dices mi amparo es el Señor, tú has hecho del Altísimo tu asilo. La desgracia no te alcanzará, ni la plaga se acercará a tu casa, pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos. En sus manos te habrán de sostener, para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. Pues a Mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi nombre conoció. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él. Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi salvación.

La Armadura de Dios

Me fortalezco en el Señor, y en el poder de su fortaleza. Me visto con toda la armadura de Dios, para estar firme contra las asechanzas del diablo; contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas. Tomo toda la armadura de Dios, para poder resistir a todo lo malo y estar firme. Me ciño  con el cinto de la verdad, me visto de la coraza de justicia; calzo mis pies con el apresto del evangelio de paz. Tomo el escudo de la fe, con que podré apagar todos los dardos de fuego del maligno; tomo el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Suplico por todos los santos; y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.” (Efe, 6: 10-20) Úngeme Señor con tu preciosísima sangre. Amén

 

En internet podemos encontrar muchas oraciones para protección, algunas aseguran servir contra hechicerías. Un católico no puede traicionar a Dios tomando cualquier oración  encontrada en internet; para eso es necesario conocer la Biblia porque ahí hay muchas oraciones que nos sirven contra el mal, Dios nos da muchas armas para atacar al maligno es cuestión de leer la Sagrada Escritura y tomar de ahí las oraciones. Las  que aquí les comparto son el salmo 91, y hay más salmos para suplicar la ayuda del Señor y su protección; la segunda es tomada de Efesios.  El salmo 67, salmo 34, La oración del sello de la sangre de Cristo y muchas oraciones místicas que vienen en el Devocionario de la Sangre de Cristo sirven para estos fines. Algunos santos también nos han dejado algunas oraciones muy poderosas como la Oración de la Medalla de San Benito, la oración de San Ignacio de Loyola, oración del arcángel Miguel. Todas esas oraciones son de la literatura católica. Toda oración que utilice un católico debe ser de nuestra Iglesia. Hay que tener ese cuidado con las oraciones.

Tenemos dos armas muy poderosísimas que son el Rosario Mariano (con las oraciones dadas a los videntes de Fátima) y el Rosario de la Sangre de Cristo, solo hay que rezarlos con el corazón, meditándolos,  (dice la Virgen en uno de sus mensajes que rezar el rosario de carrera como comúnmente se hace es como si no lo hiciéramos porque así no es escuchado en el cielo, en cambio al hacerlo despacio, viviendo cada frase es escuchado en el cielo) y sobre todo son más efectivos si nos confesamos y comulgamos con frecuencia, es decir si tratamos de vivir santamente. 

Hay personas que se quejan de hacer el rosario o alguna oración y que no ven resultados y eso ocurre si no se hace de corazón ( San Pablo nos afirma que si hace o da algo y no lo hace de corazón de nada sirve, por eso no vemos la respuesta del cielo), o si llevan una vida de pecado. La oración es un momento en meditación, una unión de nuestro corazón con Dios, es primero adorar a Dios, alabarlo, hacer la oración,  dar gracias por todo lo que Dios nos ha dado y finalmente hacer nuestras súplicas poniendo toda nuestra confianza en el Señor, pues si no confiamos plenamente en Él, le mostramos que dudamos de su existencia y de su poder.  Es bueno empezar cada momento de oración con el acto de contrición y el Credo.

ACTO DE CONTRICIÓN

Oh Dios mío, yo me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra Ti, por ser Tú tan bueno. Con la ayuda de Tu gracia, no pecaré nuevamente. Amén.

Credo de Nicea - Constantinopla (Credo Largo)

"Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

Y podríamos finalizar  con la ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te ofrezco la Palabra hecha carne, Jesucristo, Su carne cubierta de Heridas y Sangre, Su agonía en el Huerto, Su flagelación, Su Coronación de espinas, el repudio que sufrió, Su condena, Su crucifixión y muerte en unión con todos los sufrimientos de Tu Santa Iglesia y la sangre de los mártires, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén.

Y…

ORACIÓN PARA LA LIBERACIÓN DE MALDICIONES ANCESTRALES
(8 de julio de 1998)

¡Padre Eterno, Tú eres el Único Dios inmortal, Dios que es Amor, Misericordia y Bondad! Mira a Tu Unigénito Hijo, Jesucristo, hecho Hombre y Ten misericordia. Yo te ofrezco los dolores de Su flagelación en la columna, Sus Llagas y Su Sangre por todo Tu pueblo que está bajo el peso de la maldición debido al pecado de sus ancestros y su desobediencia al romper la Alianza que hicieron Contigo.
Libéranos a través de la flagelación de Tu Hijo. Sánanos a través de Sus Llagas y sálvanos a través de Su Sangre Preciosa.
Sangre Preciosa de Jesucristo, libéranos de la maldición.
Sangre Preciosa de Jesucristo, sana nuestras heridas.
¡Por tu Flagelación, séllanos! Amén.

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