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domingo, 3 de mayo de 2015

Los frutos del Espíritu Santo

El Catecismo de 1832 nos dice que Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce. Estos frutos perfilan la personalidad del cristiano auténtico.

"El fruto del Espíritu es amor (caridad), alegría (gozo), paz, paciencia, longanimidad, afabilidad, bondad (benignidad), fidelidad (fe), mansedumbre, dominio de sí (templanza); contra tales cosas no hay ley."  -Gálatas 5:22-23, modestia, continencia y castidad.

Cuando el Espíritu Santo da sus frutos en el alma, vence las tendencias de la carne.
Cuando el Espíritu opera libremente en el alma, vence la debilidad de la carne y da fruto.

"Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil" Mateo 26:41 

Obras de la carne: Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades, orgías y todos los excesos de esta naturaleza. (Gálatas 5, 19)

En Mateo 7, 15-20 Jesús nos invita a dar buen fruto, pues por los frutos que demos seremos conocidos como hijos de Dios y quienes dan mal fruto serán arrojados al fuego.

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