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martes, 10 de junio de 2014

CORPUS CHRISTI

Solemnidad de Corpus Christi: "Cuerpo de Cristo", en latín.  19 de junio 2014

cUERPO_JHSEsta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía el Jueves Santo con el fin de tributarle a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, amor y gratitud. Por eso se celebraba en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la fiesta: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena/Orvieto.

Urbano IV, amante de la Eucaristía, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Juan Pablo II ha exhortado a que se renueve la costumbre de honrar a Jesús en este día llevándolo en solemnes procesiones.

Santa Juliana de Mont  Cornillon y la fiesta de Corpus Christi.

La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Ella comunicó esta visión a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV.

El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

Milagro Eucarístico de OrvietoMILAGRO EUCARISTICO DE ORVIETO / BOLSENA
En Orvieto (Umbría, Italia) se encuentra un prodigio divino. Su catedral es custodia de un milagro Eucarístico que se puede venerar en la capilla izquierda. Se trata de un corporal que muestra la Sangre que brotó de una Sagrada Hostia.

En el año 1264 el Padre Pedro de Praga, Bohemia, dudaba sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Acudió así en peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de San Pedro la gracia de una fe fuerte. De regreso de Roma, Dios se le manifestó de manera milagrosa ya que cuando cuando celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró llenando el Corporal de la Preciosa Sangre.

La noticia del prodigio llegó pronto al Papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Hizo traer el corporal y, al constatar los hechos, instituyó la Solemnidad de Corpus Christi.

El mismo Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico propio para esta fiesta y la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los que compuso está la sublime secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.

El año 1290 el Papa Nicolás IV, a petición del clero y del pueblo, colocó la primera piedra de la nueva catedral de Orvieto donde aun se encuentra la sagrada reliquia.

imageJesucristo agonizante te llama. Vuelve a Él.

Jesucristo agonizante se le aparece al entonces estudiante Nigeriano  Bernabé Nwoye en 1995 y hasta el 2005 le revela varios mensajes y oraciones contenidas en el Devocionario de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (versión original y completa publicada por separado en este espacio en el mes de julio 2013). Él nos hace un fuerte llamado porque nos hemos alejado de Dios y estamos cometiendo muchos pecados que lo flagelan y le causan mucho dolor en su corazón. En su infinita Misericordia, a pesar de que somos grandes pecadores y de corazón frío, aún ahora, insiste en que volvamos a Él para recuperar nuestras almas que se han llenado de tantos males (soberbia, desobediencia, desamor, ingratitud, iniquidad, violencia, etc.)

Escuchemos sus llamados con el corazón y cambiemos todo lo que tengamos que cambiar en nosotros para poder ser dignos de nuestra salvación para entrar en el reino de los cielos. Su segunda venida es ahora, ya no hay mañana. Es hoy el último día que tenemos para cambiar toda nuestra maldad y limpiar nuestros pecados para volver a Él. Mira su rostro lleno de dolor y tristeza por todo lo desobediente que somos y por las montañas de pecados que nos cubren y cambia!

PRIMER LLAMADO ANGUSTIOSO

“¿Dónde estás, hijo Mío? ¡Tu Señor te busca…! ¡Ven a Mí! ¡Ven, acércate más y escucha Mi angustioso llamado!

Hijo Mío, había una vez un Hombre que tenía muchas ovejas…, las cuidaba y pastoreaba bien. Cuando tenía sed, las conducía a un manantial de agua fresca para que pudieran satisfacer su sed. No permitía que pasaran hambre. Las llevaba a verdes praderas. Ellas comían y engordaban y se fortalecían. El hombre fortificó la tierra donde pastaban para que ningún lobo entrara y dañara el rebaño.

Un día las ovejas planearon una rebelión, y a la fuerza escaparon del campo y se adentraron en el bosque. Allí fueron capturadas por animales salvajes. Eran como esclavas sin esperanzas. Sus cuerpos y sangre eran utilizados para festivales y sacrificios de animales a sus dioses.

A pesar de todo esto, el Hombre no se olvidó de su rebaño. Envió a sus sirvientes, y a todos los mataron. Por último, envió a Su Hijo, Quien al fin ganó la batalla.

El Hijo del Hombre condujo al rebaño día y noche a través del desierto. En este caminar, surgieron muchas dificultades, que no podían soportar. Se quejaron al Hijo del Hombre, profirieron toda clase de palabras crueles contra Él, y finalmente lo mataron.

Hijo, ¿qué piensas que hará el Padre del Hijo del Hombre cuando se entere de la muerte de Su Hijo?
Hijo, ustedes son el rebaño. Mi Padre es el dueño del rebaño, Quien envió muchos profetas a Su pueblo que vivió en un desierto terrible. Yo soy el Hijo, a Quien ustedes persiguieron y mataron. ¿Qué les he hecho? A pesar de todos vuestros pecados, Mi Padre aún los está llamando para que regresen a Él, pero ustedes no prestan atención a Su llamado.

¡REGRESEN! ¡OH, ISRAEL, PUEBLO MÍO!

Hagan reparación por sus pecados y los pecados que el mundo entero comete contra Mi Padre y contra Mi Preciosa Sangre. ¡YO SOY EL AGONIZANTE JESUCRISTO!

Dios puso a Eva y Adán en un Paraíso, le entregó la tierra para que vivieran de ella y la cuidaran. Nosotros somos herederos de esa tierra, heredamos el compromiso de cuidarla y permanecer en ella pero nos ganó la curiosidad y salimos de nuestra tierra, fuimos a tierras extrañas, por nuestra desobediencia los hijos de Jacob fueron a Egipto, donde ellos mismos enviaron a su hermano menor, ahí se convirtieron en esclavos. Eran tan numerosos como Dios prometió a Abraham hacer de su descendencia que el Faraón ordenó matar a los niños. Luego ofrecían a las muchachas como sacrificio a los Dioses egipcios. Dios se compadeció de su pueblo y les mandó a Moisés y Aarón. El pueblo israelita fue liberado. Durante el éxodo, Dios los condujo de día como una nube que les daba sombra y en la noche como una columna de fuego para iluminarlos y darles calor en el frío desierto. En este caminar se revelaron contra Dios y se quejaron de muchas cosas. Dios les mandó  profetas y luego jueces. Los llevó a la tierra prometida, y siguieron en contra de Dios. Luego Dios les envió a su Hijo Jesús y lo crucificaron. No creyeron en Él. A pesar de que seguimos pecando Dios Padre nos quiere de regreso y nos llama. ACUDAMOS A SU LLAMADO, no seamos ingratos, Jesucristo murió por salvarnos, ahora nos toca dejar de pecar y caminar hacia Dios según sus leyes y mandamientos. Hay que cumplirlos.

SEGUNDO LLAMADO ANGUSTIOSO

“Hijo Mío, acércate a Mí, escucha MI angustioso llamado. Por amor a ti ofrezco Mi Cuerpo como sacrificio vivo, Pan de Vida para todos los hombres. Mi Sangre, Preciosa Bebida, Bebida de los Ángeles del Cielo, entregada con amor a los hombres.

Hijo Mío, permanezco por ti en el Sacramento del Amor…, esperando pacientemente por ti en el Tabernáculo, donde estoy prisionero por ti. Tú raras veces te acercas a Mí, porque no te acuerdas de Mí, que estoy prisionero por ti.

Hijo Mío, Mi agonía es grande cuando veo la frialdad, la indiferencia y la negligencia con que te acercas a la Santa Trinidad, cuya Presencia llena el Santuario Santo. Yo estoy aquí, hijo Mío… Yo estoy aquí en plenitud. Teme la Presencia de tu Dios. Acércate con respeto y reverencia. Hijo Mío, ¿sabes tú lo que sufro cuando entro en el santuario de tu corazón a través de la Sagrada Comunión? Tus pecados me amarran y me flagelan sin misericordia. En tu corazón no hay nadie que Me consuele. Luego de haberme flagelado insensiblemente, Me arrastras fuera y cierras con llave la puerta de tu corazón con iniquidad. Esto es lo que Me haces con tu vida de pecado. Yo Soy el Pan de Vida para todos los hombres que me reciben en estado de santidad. Vengo a darles vida, no muerte. Limpia las iniquidades de tu corazón. Ábreme la puerta de tu corazón. Haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para Mí.
Hijo, que Yo viva en tu santuario de una Comunión a otra. ¡Acógeme, hazme sentir bienvenido!

Hijo Mío, todos los que Me acogen, acogen a Mi Padre y al Espíritu Santo que viven en Mí. Todos los que Me rechazan, ¡rechazan a la Santísima Trinidad!

Hijo, aun cuando otros Me rechacen, haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para Mí.
¡Yo Soy Jesucristo Agonizante, llamándote para que REGRESES!”

Jesucristo se entregó por nosotros a los romanos, nos mostró su amor muriendo por salvarnos y convirtiéndose en cuerpo y sangre para alimentarnos  y nosotros,Él sufre porque no adoramos, ni respetamos a la Santísima Trinidad, pasamos como ante un poste, ante una estatua o pintura común. No tenemos verdadero Temor de Dios y cuando comemos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo lo hacemos como cualquier cosa, lo hacemos por rutina, porque o otros se forman en la fila para comer la Hostia Sagrada sin hacerlo con sacralidad, vamos como si fuera cualquier galleta o pan. Es el Cuerpo de Cristo y su Sangre, es alimento Divino y no lo amamos, lo comemos hasta estando en pecado y amarrándolo y flagelándolo en nuestro interior. Jesucristo entra a nuestro cuerpo con amor y nosotros lo introducimos a nuestro cuerpo causándole un gran dolor porque estamos llenos de pecado, le dolemos. No lo respetamos ni lo amamos. Hay que confesarse y NO VOLVER A PECAR, la confesión no es juego.  Recordemos que el que come y bebe de la Sangre y el Cuerpo de Cristo sin digerirlo, bebe y come su propio veneno, por eso hay muchos que están enfermos o hasta se han muerto.

TERCER LLAMADO ANGUSTIOSO

“Hijo Mío: Yo estoy en tu corazón, un Getsemaní solitario donde estoy velando y nadie viene a velar Conmigo, ni siquiera por una hora. Te prefieres ir tras la posesión de bienes terrenales, aun a riesgo de tu perdición, dejándome sufrir solo.

El enemigo se aproxima rápidamente…, está conquistando terreno para ganar muchas almas, mientras tú duermes.

Hijo, ¿no puedes levantarte y velar Conmigo siquiera una hora? Yo estoy en el santuario de tu alma, un Getsemaní solitario, esperando que vengas. Muchas almas, muchas almas van al infierno a causa de los pecados de la carne. Hijo, mira cómo tú conduces muchas almas a la perdición a través de tu forma de vestir. Yo Soy Aquél a Quien tú expones desnudo públicamente.

Hijo, consuélame. Hijo, ten misericordia de Mí.

¡Nunca debe un hombre imitar a una mujer! ¡Nunca debe una mujer imitar a un hombre! Sé tal como Yo te hice, hijo; sé tal como Yo te hice. Te digo, aléjate de esta moda mundana. Ese es el plan del enemigo: destruir el templo del Espíritu Santo que es tu cuerpo. Vive una vida modesta.

Mi hijo amado, porque te amo y deseo que me muestres amor, te suplico me ofrezcas todo tu ser, que lo guardes para Mí y solamente para Mí. Que él me glorifique siempre, que me consuele siempre. No hago este llamado al mundo, sino a ti a quien amo. Ofrécemelo… Ofrécelo para salvación. ¡Yo Soy Jesucristo Agonizante, llamándote para que REGRESES!

Jesucristo tiene un gran dolor en su corazón porque nos importa más trabajar para tener más cosas materiales y nos hemos olvidado de Él que murió por nosotros. Lo dejamos ahí en el Sagrario, con llave, encerrado porque somos tan malos que lo ponemos encerrado con candado para que no se roben su cuerpo para fines de maldad. Los malos que roban el cuerpo de Cristo se lo han robado y lo han utilizado mal y con eso se han ganado su propia condenación. Dios es Dios y nadie puede contra Él, ni el enemigo, aún con toda la maldad que destile, con esa misma maldad se está construyendo su propio castigo. Haga lo que haga será destruido por el poder de Dios, perecerá.

Cristo quiere que lo acompañemos aunque sea una hora en las horas en que pasó orando en Getsemaní (jueves de 11:00 PM a viernes 4:00 AM que es el tiempo de Getsemaní) Si lo acompañamos aunque sea la hora que pide estaremos haciendo la Hora de Getsemaní y si en esa hora le hacemos el rosario de la Sangre de Cristo Él nos concede todo lo que queramos, y si alguna noche del jueves lo acompañamos desde las 11 de la noche hasta las cuatro de la madrugada del siguiente día haciendo todas las oraciones del Devocionario de la Sangre de Cristo más serán sus bendiciones sobre esa alma que lo ame en tal manera.

Jesucristo nos dice que no cometamos pecado de carne. La mujeres no debemos vestir minivestidos, no debemos mostrar las piernas para provocar los deseos carnales. Lo hombres, lo mismo. Ni hombre ni mujer deben provocar deseos impuros ni caer en fornicación, amasiato, adulterio ni violación sexual. No debemos mostrar el cuerpo desnudo de Cristo cuando le desgarraron sus ropas para crucificarlo. Las mujeres usar las faldas largas, no pantalones pegados para provocar a los hombres. Debemos cubrir nuestro cuerpo para de esa forma glorificar el cuerpo de Cristo y cubrir ese cuerpo que fue despojado violentamente de sus ropas para ser crucificado.

Jesús también nos pide que las mujeres no queramos ser hombres y los hombres mujeres (homosexual, gay o lesbiana), que respetemos el sexo que Él nos dio. Ser como Dios nos hace, esa es la voluntad de Dios y si es posible, con la ayuda de Dios dejar de ser gay, homosexual o lesbiana. Hagan sus nueve noches de Getsemaní seguidas con las oraciones del devocionario, el rosario mariano e inmediatamente el de la Sangre de Cristo y pedir que los vuelva como Él los mandó al mundo y así será. Nos pide llevar una vida modesta, sin modas y siendo como Él nos quiere como Templos vivos de su sangre. Nos pide entregarnos a Dios por amor llevando una vida recta y santa. Si lo amas, se recto y santo.

CUARTO LLAMADO ANGUSTIOSO

Hijo Mío: ¿Es así como traicionas a tu Señor y Salvador? Solamente por el dinero mundano y perecedero, escogiste traicionar a tu Señor y entregarme a esos hombres crueles para que Me crucificaran. Hijo, te estás convirtiendo en el Judas de este último tiempo. ¡Cuán terrible será todo para aquellos que traicionan al Hijo del Hombre y lo entregan a hombres pecadores para ser crucificado! Mira cuán lamentablemente va a la eternidad a sufrir por siempre.

Aun entre los Sacerdotes de Mi Corazón hay muchos Judas que prefieren los bienes terrenales a cambio de su Señor, Quién está en agonía.

Esto me causa mucho dolor, hijo Mío, porque están haciendo de la casa de Mi Padre un mercado. Mi Padre está grandemente molesto. Miren bien cómo ustedes me están sacando de Mi Santo templo. Hijo, ¿deseas la presencia de tu Dios? Ofréceme tu vida.

Yo Soy Aquél a Quien ustedes están traicionando solamente por cosas terrenales. Hijo, ya que todas esas cosas por las que estás trabajando serán destruidas por el fuego, ¿por qué estás trabajando en vano?

Regresa a Mí, hijo Mío, ten misericordia de Quien vino a salvarte. Que Mis Sacerdotes regresen a Mí. ¡Yo Soy Jesucristo Agonizante, llamándoles para que REGRESEN!

Dios quiere que sus sacerdotes no se dejen comprar por el dinero, que si reciben más pues sean caritativos, que es algo que no se ve en este tiempo. Dios no quiere que nuestros sacerdotes tengan bienes terrenales: casas, autos, propiedades, lujos. Quiere que vivan con sencillez, como bien da el ejemplo el santo Padre, el Papa Francisco. Si hay algo que al pueblo nos falta es hacer oración diaria por nuestros sacerdotes para que Dios los proteja e todo mal pues son muy atacados por el enemigo para que sean Judas traidores. Nosotros no caigamos en el error de criticarlos, mejor hagamos oración por ellos. Pidamos al Padre eterno que por la preciosa Sangre que derramó su Hijo Jesucristo de su mano izquierda venga la caída, destrucción y castigo del maligno y todos sus agentes, que con la preciosa sangre de su pie izquierdo los proteja de todo mal y por la sangre de su  pie derecho los sacerdotes se unan fuertemente a Dios para no dejarlos caer en tentación. Pidamos que los sacerdotes regresen a Dios.

QUINTO LLAMADO ANGUSTIOSO

“Hijo Mío, ¿cuándo terminarán los tormentos de Mi flagelación, causados por tus pecados y los del mundo? ¿Por qué Me están flagelando y al mismo tiempo coronándome de espinas? Y diciendo: ‘DÉJENME PECAR… YA IRÉ DESPUÉS A CONFESARME’. Yo Soy el Agonizante Jesús a Quien tú constantemente torturas.

Hijo, ¿ACASO TE DI EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA PARA QUE TE CONVIRTIERAS EN UN POZO DE INIQUIDAD?

Ese es el Sacramento de Mi Amor. Él abre el océano de la misericordia divina. Mi Sangre y Agua Preciosas, que brotaron para salvar y lavar tu iniquidad para que vayas y no peques más.

Hijo, retira la corona de espinas… ten misericordia de Mí, no Me flageles más. Ama a tu Dios, tu Creador. No te hagas falsos dioses de ninguna creatura. Sólo a tu Dios temerás y adorarás. No pronuncies el nombre de tu Dios en vano.

Hijo, recuerda guardar el día obligatorio, santo. Haz respetar Mi Nombre en este mundo corrupto. Haz todas estas cosas para aminorar los dolores de Mi agonía. Ofrece todos tus desengaños, pruebas y persecuciones en reparación por tus pecados y los del mundo entero. ¡Yo Soy el Agonizante Jesucristo, llamándote para que REGRESES!”

Jesucristo nos pide dolorosamente que ya no lo sigamos flagelando con nuestros pecados que dejemos de pecar, que nos confesemos y tengamos el verdadero arrepentimiento, que no vayamos a confesarnos insensibles, por rutina, por compromiso, que lo hagamos por verdadero arrepentimiento y con el firme propósito de NO VOLVER  A PECAR. Si vuelves a pecar estas tomando la confesión como un juego y es UN SACRAMENTO DE RECONCILIACIÓN CON DIOS. por lo acto debe ser un sentimiento y un acto sagrado. Si nos confesamos con verdadero arrepentimiento ya no lo flagelamos ni le enterramos la corona de espinas. NO PEQUEMOS MÁS. Y ofrece todos tus desengaños, pruebas, persecuciones y sufrimientos  en reparación por tus pecados y los del mundo entero. Hazlo para consolar a Jesucristo Agonizante,

SEXTO LLAMADO ANGUSTIOSO

“Hijo Mío, acércate a Mí y escucha Mi angustioso llamado. Diariamente ando buscando quien Me consuele, y no encuentro a nadie. Mira Mi rostro Agonizante. ¿Dónde está la Verónica de estos tiempos? ¿Dónde está para que Me limpie el rostro y Me consuele? ¿Acaso se ha unido a la multitud gritando: ¡crucifícalo, crucifícalo!?

Se han olvidado que Yo Soy su Mesías, que los sacó de Egipto, que los alimentó con el maná celestial y los acogió bajo Sus alas en seco y ardiente desierto.

Me has rechazado y ya no hay nadie que me ayude. Hijo, así es como tú abandonas tu cruz, y te alejas del camino del Calvario, dejándome sufrir solo.

En verdad te digo, hijo Mío… NO HAY OTRO CAMINO QUE TE CONDUZCA A LA TIERRA PROMETIDA, QUE EL CAMINO DE LA SANTA CRUZ. CARGA CON TU CRUZ Y SÍGUEME TODOS LOS DÍAS DE TU VIDA.

Ayúdame a cargar todas estas cruces que han sido rechazadas, que Mi pueblo ha abandonado para que Yo las lleve. HIJO… VIVE TU VIDA DE CONSAGRACIÓN. Carga tu cruz y sígueme. ¡Yo Soy Jesucristo Agonizante, que te llamo para que REGRESES!”

Jesucristo quiere que lo consolemos, que seamos  como Verónica, la mujer que salió al encuentro de Jesús en su pasión armándose de valor para ir a darle agua y limpiar su rostro. Él está sediento de nuestro amor y de nuestro consuelo. Que valoremos el precio que pagó por salvarnos porque no le encuentra sentido haber soportado tanta humillación, tanta flagelación (5,480 latigazos según revelaciones a Santa Brígida) y morir por salvarnos sino nosotros buscamos nuestra propia condenación. Seamos dignos de su grandísimo amor y misericordia, consolemos a ese corazón que tenemos muy adolorido. Que el Sacratísimo Corazón de Jesús encuentre consuelo en nosotros. Aceptemos la cruz que nos toca por nuestros pecados y carguémosla con amor, que Dios nos ayuda a cargarla para poder llegar a dónde Él nos espera con su Padre. Quien sabe cargar su cruz llegará al reino de Dios.

SÉPTIMO LLAMADO ANGUSTIOSO

“Hijo Mío, mira cómo tus pecados me han clavado en la Cruz. Estoy sangrando por amor a ti. Estoy dudando por amor a ti. Estoy sediento de amor por este mundo necesitado. Ninguno de ustedes desea consolarme… más bien me ofrecen vinagre para calmar Mi sed.

Todos ustedes se mantienen alejados, se burlan y Me critican. Hijo Mío, mira cómo hablas falsedades de tu prójimo. En vez de orar por Mi Santa Iglesia, continúan criticándola. Yo Soy Jesucristo Agonizante, a Quien ustedes critican. La Iglesia es Mi Cuerpo, al que están crucificando.

HIJO MÍO… PÁRATE AL PIE DE MI SANTA CRUZ Y OFRÉCEME, JUNTO CON MI MADRE, EL MUNDO ENTERO.

Yo lo aceptaré, y lo ofreceré a Mi Padre. Ellos serán Sus hijos y obedecerán Sus mandatos.
La ira del Padre Eterno se aplacará. Mis Santas Llagas serán sanadas. Entonces Mi Reino vendrá sobre la tierra.

Hijo, has de crucificarte por Mí y Conmigo en la Santa Cruz de la Salvación. Esto es lo que más necesito de ti en reparación por tus pecados y los pecados del mundo entero. Hijo, Yo no he pedido esto al mundo, sino a ti, porque Te amo y deseo que me demuestres tu amor. Yo te prometo que atraeré a ti y a todos los hombres hacia Mí a través de ti. Acepta Mi llamado angustioso, ¡oh amado hijo! Yo ofreceré todos tus sacrificios a Dios para que sean aceptables en reparación por tus pecados y los del mundo entero.

Al final, el mundo entero vivirá en Mí, Conmigo y para Mí. Mi Sagrado Costado se abrirá para ser el refugio de todos los hombres. Sacarán Agua viva de la Fuente de la Vida que brota de Mi Sagrado Costado. Hijo, que se haga Mi voluntad en la tierra. Que se haga Mi voluntad en ti. Sufre por Mí y Conmigo. Muere por Mí y vive en Mí.

Yo Soy el Jesucristo Agonizante, te amo. Yo los bendigo a todos.”

Cristo recibe cada burla que hacemos al prójimo, cada crítica que le hacemos a la Iglesia que es su cuerpo. Él mismo en vida nos dijo: “cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí” (Mt 25,40) Todo lo que le hacemos al otro nos convierte en malditos. Por lo tanto no hagas nada malo a otros sino quieres ser de los malditos que sean arrojados a la izquierda. Con todas las maldades que le hacemos a los demás solo ofrecemos vinagre al Señor, que tiene sed de  ser amado por nosotros, Dejemos de hacer el mal, de criticar su iglesia, mejores hagamos oración por la unidad de la Iglesia y por la llegada del reino de Dios para que entremos en la era eterna de la paz, donde Cristo Rey será quien nos gobierne con amor. Hagamos el rosario con María y vamos a ofrecerle el mundo entero para que venga ese reino de paz y se calme la ira del nuestro Padre, Imaginen cuanto enojo hemos causado por nuestros pecados y nuestra ingratitud, por las críticas que hacemos a la iglesia y a nuestros sacerdotes. Dice Jesús que no los critiquemos porque al criticarlos a ellos criticamos a Cristo mismo. Él sabe por qué los escogió a ellos y lo que con ellos hará. Si los criticamos caemos en pecado grave. Mejor oremos por la Iglesia y salgamos a evangelizar. Decidamos morir por Jesús para vivir en Él.

 

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AMA A QUIEN DIÓ LA VIDA POR SALVARTE Y SE QUISO QUEDAR COMO ALIMENTO PARA QUE VIVAS EN ÉL.

GLORIFICA AL SEÑOR TU DIOS, PORQUE ESO NO LO HACEMOS. DIGAMOS: SEA BENDITO EL NOMBRE DEL SEÑOR QUE HIZO LOS CIELOS Y LA TIERRA, GLORIA A DIOS QUE DIÓ SU VIDA POR MI Y DERRAMÓ SU PRECIOSA AGUA Y SANGRE DE SU SACRATÍSIMO CORAZÓN COMO MANANTIAL DE AGUA VIVA PARA LA HUMANIDAD.

JESÚS EN TI CONFIO!

ESCUCHA LOS LLAMADOS DEL SEÑOR QUE TE AMA Y REGRESA A ÉL. NO DEJES MORIR TU ALMA POR EL PECADO. SÁLVATE!

BENDITO CRISTO EUCARISTÍA. TE AMO.

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