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martes, 4 de marzo de 2014

¿Amo a Dios?

imagen del Sagrado Corazon de Jesus

“Regresa a mi, pueblo mío”

El amor es la esencia de Dios (Mt:22:34-40)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna." (Jn:3:16)

“Más Dios, muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Ro:5:8)

El amor de Dios por nosotros es inmenso, tanto que llegó hasta el extremo de dar su vida en crucifixión por salvarnos. Nosotros ¿Qué tanto damos por ese inmenso amor…?

"… Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." (Mt:22:34-40)

“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1Jn:4:7-8)

AMAR ES PONER PRIMERO AL OTRO

“Jesús, …se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”(Fil:2:5-8)

Los mandamientos de Dios son para cumplirlos y necesitamos cumplirlos siempre, no solo cuando tenemos ganas. Muchas personas no pueden amar porque les cuesta dar y poner primero al otro. Juan dice que el que no ama no ha conocido a Dios “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” (1Jn:4:19)

Amar es dar y poner primero al otro. Pero, ¿qué necesita Dios de mí? 0bediencia. “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos…” (1Jn:5:3) “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn:14:15) Parte del amor a Dios es cumplir sus mandamientos

“Quien ama a su prójimo ha cumplido la ley. (Ro:13:9) (Ro:13:8-10; Gá:5:14) “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esto es la ley y los profetas.” (Mt:7:12)

“… yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” (Mt:5:43-45)

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” (Mt:5:9)

“Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros, como yo os he amado…” (Jn:13:34)

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Jn:15:13) y Jesús amándonos hasta el extremo dio su vida por nosotros y con pecados y desobediencia hemos pagado el precio de nuestra redención.

“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef:4:31-5:2)

Afirma Santa Teresa del Niño Jesús: "Después de haber recibido tantas gracias, ¿no puedo cantar con el salmista "cuán bueno es el Señor, cuán eterna es su misericordia”. Creo que si todos los hombres se dieran cuenta de tanto amor, nadie tendría miedo a Dios, sino que le amarían inmensamente; nadie cometería nunca ni un solo pecado, por amor y no por temor".

Dios quiere cambiar al hombre para que dejándose poseer por Dios, Dios pueda por él y con él, cambiar al mundo. Déjate poseer por Dios, que Él more en tu corazón y el mundo vivirá en paz. Dios nos da esa libertad de elegir amarlo para construir un mundo de paz, o rechazarlo para vivir en las tinieblas, la maldad, los odios, las guerras, la angustia…De ti depende amar a Dios por libre voluntad para disfrutar de la felicidad que Él nos da y tener vida eterna.

Jesús agonizante te está llamando para que regreses a Él. Regresa pueblo de México, pueblo elegido de Dios a través de María de Guadalupe en el Tepeyac. Déjate gobernar por nuestro Cristo Rey, que como el Cristo del Cubilete,  nos espera con los brazos abiertos.

Regresa a Dios Israel (todo el mundo), vuelve tus ojos al Dios que te dio la libertad, al que te dio la vida y por el que todo lo que tienes en este mundo. Regresa pronto, que nadie te detenga. Regresa, regresa, regresa…

¡Vuelve a Dios!

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